Manuel Gómez, un joven de 24 años oriundo de Paraná, dio un importante paso en su carrera al mudarse a Europa para entrenar y jugar con el Club Vóleibol Vinaros, en la provincia de Castellón. Luego de haber logrado el histórico ascenso a la segunda categoría del vóleibol argentino con Rowing a comienzos de este año, Gómez partió hace sesenta días hacia el Viejo Continente.
En una conversación desde España, el deportista compartió su entusiasmo por esta nueva etapa: “Estoy en Vinaros, provincia de Castellón. Voy a jugar en el club vóley de Vinaros y estamos participando de la tercera liga española. Sería como una Federal de Argentina”, explicó.
Gómez también se refirió a sus objetivos en esta nueva liga: “En este momento mi objetivo es seguir creciendo en todos los aspectos, ya que venir a Europa es un desafío muy grande. Nuestro objetivo es lograr el ascenso a la A2; el año pasado estuvimos a un punto del ascenso. Daré lo mejor de mí y haré un buen papel para poder quedarme en el vóley del Viejo Continente”.
Sobre su adaptación a la vida en España, el punta receptor destacó la ayuda de sus compañeros argentinos: “La verdad me sentí muy cómodo desde el primer día, los chicos de España me integraron muy bien”. Gómez mencionó que en el equipo hay cuatro argentinos, lo que ha facilitado su integración: “Estoy con tres argentinos más y me sentí medio como en casa. Está el director técnico, Pablo Grau, que llegó esta temporada a Vinaros, Mariano Muro, de Jujuy, y Francisco Holdstein, oriundo de Crespo”.
A pesar de la distancia, Gómez reflexionó sobre lo que significa estar lejos de su familia, amigos y del club Rowing. “Extraño a mi familia, amigos y el club. Pero desde que tomé la decisión, sabía que era parte de este gran desafío”, afirmó. Sin embargo, reconoció que la adaptación ha sido más fácil de lo esperado: “Siendo sincero, no se me hicieron difíciles los primeros días en España. Obvio que extraño, pero por suerte estoy viviendo con dos argentinos más y nos tratamos como hermanos”.
La convivencia con sus compatriotas fue clave para su adaptación. “Desde cocinar hasta hacer las compras, hacemos casi todo juntos. También vamos al gimnasio y entrenamos los tres a la par. Tengo compañeros de mate y eso vale”, agregó entre risas.
Gómez también se sintió preparado para este cambio, gracias a su experiencia anterior en Buenos Aires: “Ya estaba medio acostumbrado a estar un poco lejos de casa porque estaba viviendo en Buenos Aires. No es lo mismo, pero la escala en Buenos Aires me sirvió”.
Por último, se mostró nostálgico al hablar de Rowing: “Es mi segunda casa. Extraño a mis amigos e ir a tomar mates en la playa del club antes de entrenar. Me va a costar verlos jugar la liga y no estar ahí, me hubiera encantado jugarla con ellos. Además, este año se juega en casa”.
(UNO Entre Ríos)