Sociedad Espejo de mi Tierra

El muelle flotante es un ícono de Hernandarias: gastronomía y un sueño familiar

Sonia Tortul y Walter Carballo repasaron a Elonce cómo emprendieron el sueño familiar para hacerse cargo del comedor y la forma en la que mantienen una carta de gastronomía local vinculada a los platos de pescado de río.

21 de Septiembre de 2023

El muelle flotante es un ícono de Hernandarias. Elonce visitó el comedor en el marco del micro Espejo de mi Tierra para dar cuenta de sus casi 100 años de historia anclada a la costa del río Paraná.

 

Sonia Tortul y Walter Carballo repasaron cómo emprendieron el sueño familiar para hacerse cargo del comedor y la forma en la que mantienen una carta de gastronomía local vinculada a los platos de pescado de río.

 

“El flotante es el icono de la ciudad, el lugar donde uno viene a pasear, a recorrer, y está pronto a cumplir 100 años”, aseguró a Elonce la responsable de El Flotante, Sonia Tortul.

 

El muelle flotante es un pontón de madera y hormigón armado sobre el que se apoyan dos plataformas: una se utiliza como mirador y muelle de pesca, y la otra como restaurante, actualmente en desuso.

 

 

En la oportunidad, la mujer repasó cómo fue el proceso para hacerse cargo del comedor. “Un domingo, almorzando con mis padres en el campo, nos comentaron que El Flotante salía a licitación y fue un sueño hecho realidad porque dijimos `qué hay qué hacer´”.

 

 

 

“Fue una conversación familiar”, completó Walter Carballo. “Tenemos un grupo de socios y dicen que soy el más loco porque cuando se me pone una idea en la cabeza, allá vamos todos”, sentenció.

 

“Averiguamos cómo había que hacer, nos informaron y todo fue en cuestión de días porque la conversación fue el domingo, dije de comprar el pliego, el lunes vi cuáles eran las condiciones, armé todo en tres o cuatro días y nos presentamos”, rememoró el titular del comedor.

 

Y continuó: “En una primera instancia no salimos favorecidos porque no tenía idea de lo que era presentarme a una licitación. Me mandé de una, porque al `no´ lo teníamos asegurado. Nos faltaban un montón de requisitos, pero todos en algún punto teníamos déficit y, entonces, quedó nula la primera instancia”.

 

“Logramos entrar en una segunda licitación, presentamos todos los papeles de manera correcta y a la gente del municipio les gustó la propuesta”, comentó Carballo al indicar que, en la actualidad, se mantienen “enfocados para seguir adelante”.

 

 

 

El aparato, de origen holandés, se llevó a Hernandarias en 1938. Se utilizó como embarcadero flotante cuando el río era el mayor nexo comercial. Allí paraban los barcos que iban desde Buenos Aires a Asunción. Y en las bodegas del embarcador se depositaba y almacenaba mercadería, mayormente cereales. Con la llegada del ferrocarril se dio prioridad al traslado por tierra de los productos y lentamente, como en el resto de los puertos, fue decayendo su actividad.

 

Desde 1971 el lugar comenzó a funcionar como comedor, e incluso algunos años como boliche bailable en la parte superior del flotante. Desde marzo de 2010 estaba inactivo, ya que durante los meses de invierno la actividad es poco rentable, hasta que finalmente, en diciembre de ese año, retomó la atención al público.

 

Debido a la pandemia por coronavirus, El Flotante debió cerrar sus puertas y reabrió cuando se ampliaron las habilitaciones para el sector gastronómico.

 

“El Flotante es internacional”, sentenció en relación a los visitantes que recibe el comedor.

 

“Nos enfocamos en una carta no muy amplia, básica, porque la gente relaciona El Flotante con comer pescado”, indicó. De igual manera, reconoció que “el tema del pescado es complejo porque está saliendo muy poco, entonces, tenemos poca variedad; pero cuando hay temporadas buenas, ofrecemos boga, surubí y dorado”.

 

“La paz y la tranquilidad, el sentarte a la mañana, la tarde o la noche y dejar correr las ideas río abajo es increíble y no tiene precio”, ponderó el hombre que actualmente está cumpliendo otro de sus sueños: estudia para ser chef “para conocer los secretos de la cocina”. (Elonce)

Espejo de mi tierra