Luciano Vella fue un correcto lateral derecho moldeado en la escuela de Newell´s Old Boys, club del que es hincha, luego pasó por el Cádiz de España, Rapid Bucarest de Bélgica, Vélez, Independiente, Unión, Defensa y Justicia y Arsenal, donde se retiró en 2017. Sin embargo, lo más significativo de su carrera en el fútbol tiene que ver con su recorrido en River, nada más y nada menos que en el momento más difícil en la historia del Millonario, cuando jugó la temporada 2011/12 de la Primera B Nacional. A la distancia, el Tano repasó su pasado y contó su presente.
Fanático de la Lepra: "Hoy en día, mi vínculo con el fútbol es de hincha, nada más. Hasta antes que pasara todo lo del coronavirus, iba todos los fines de semana a la cancha a ver a Newell's con mis hijos. Digamos que soy un hincha más. Y la verdad que con la vuelta de Nacho Scocco estamos muy ilusionados, porque con los jugadores que ya había en el plantel, se está formando un equipo muy importante y con buenos nombres. Ojalá podamos volver pronto a la cancha y disfrutarlos".
Orgullo de pertenecer: "Fue un torneo desgastante pero estoy muy orgulloso de haber vestido la camiseta del equipo más grande de la Argentina. La verdad es que soy un agradecido de haber jugado en River. Teníamos al Chori Domínguez, al Gordo Cavenaghi, Ocampos, los Melli Funes Mori, David Trezeguet, teníamos un equipo para competir en Primera, sin dudas. Pero recuerdo que el día del ascenso bajamos 10 kilos cada uno. Nos sacamos una mochila tremenda de encima".
Los geriátricos: "Cuando estaba jugando en River, mi mejor amigo, Matías Pavoni, ex futbolista, tuvo un problema de salud, no pudo seguir jugando y se puso una residencia de adultos. Un día me comentó que había un edificio muy lindo para hacer un geriátrico y me preguntó si yo quería ser inversor. Ahí decidí meterme en ese asunto, la verdad es que nos fue muy bien. Terminamos poniendo algunos más en Funes donde yo vivo, y otros por la zona de Rosario. Así que estoy ocupado con eso".
Full time: "Con mi socio estamos permanentemente dando vuelta por todas las residencias porque siempre hay cosas para hacer. Vos imagínate que en total tenemos a 150 abuelos en los geriátricos".
Este particular momento: "Estamos al borde de la paranoia, con un extremo cuidado con los abuelos que son los más afectados con este tema. Desde el momento que se dictó la cuarentena se cortaron las visitas y para entrar a la residencia prácticamente que tenes que ser del FBI. Es mejor ser exagerado en las medidas a ser confiado. Pero por ahora la llevamos bien. Gracias a Dios no tuvimos ningún caso de coronavirus, si bien tomamos todos los recaudos necesarios, sabemos que nunca estamos exentos de nada".