Federico Bravo fue jugador de Carlos Bianchi, en su tercer y último ciclo en Boca. Compartió mates y equipo en el New York City de la MLS con Andrea Pirlo y David Villa. Después pasó por el Panetolikos de Grecia. Y volvió a la Argentina para jugar durante los últimos años en Patronato y Atlético Tucumán. Pero en agosto de este año, el Castor armó las valijas y viajó a Letonia, donde se consagró campeón de la Virsliga con el FC Riga.
El corodobés estaba bien considerado en Atlético Tucumán cuando decidió partir luego de un año en el club. De hecho, el cuerpo técnico contaba con él para esta temporada. Sin embargo, de un día para el otro, anunció a través de sus redes sociales que no seguiría y partió para Letonia. "Fue un año hermoso disfrutando de ustedes. Muchos éxitos para lo que viene", se despidió. Previamente, el volante había vestido la casaca del Patrón de Entre Ríos, donde disputó 22 encuentros y marcó un tanto, durante la Temorada 2018/19.
En el FC Riga, el mediocampista de 27 años no jugó mucho, apenas fueron cuatro partidos en estos tres meses, entre copa local y liga, pero le alcanzó para sumar el segundo título de su carrera, después del campeonato 2015 con Boca, en el que jugó sólo 90 minutos en un 1-1 contra Independiente.