Luego de la reciente publicación en el Boletín Oficial del gobierno nacional que autoriza la venta directa de medicamentos de venta libre en las góndolas de las farmacias, el Colegio de Farmacéuticos de Entre Ríos expresó su rechazo a la medida, destacando que no tiene validez en la provincia. Además, los profesionales advirtieron sobre los riesgos que implica esta iniciativa para la salud pública, al promover la automedicación.
La coordinadora de Asuntos Profesionales del Colegio, Roxana Firenstein, aclaró que Entre Ríos tiene autonomía en materia de salud y, por lo tanto, el decreto nacional no es aplicable en la provincia. En diálogo con Elonce, explicó que "Entre Ríos es autónoma en salud, tiene sus propias leyes y disposiciones en materia de salud, y este decreto no tiene validez en nuestra provincia", subrayando la importancia de entender que las normativas locales prevalecen.
La profesional destacó que, aunque la medida nacional permita la venta libre de medicamentos, esto no implica que los medicamentos puedan ser retirados de las góndolas sin el asesoramiento adecuado. "Venta libre significa libre de receta, pero jamás libre de indicación profesional. Un medicamento no puede ser retirado de una góndola y tomado porque a alguien le parece o porque cree que le va a hacer bien. Un medicamento requiere el correspondiente asesoramiento profesional", afirmó.
En este sentido, destacó que retirar un medicamento sin orientación profesional es, en esencia, un acto de automedicación, lo que puede tener consecuencias perjudiciales para la salud.
La coordinadora del Colegio resaltó el rol fundamental de los farmacéuticos, quienes ofrecen atención personalizada y asesoramiento en la correcta elección de los medicamentos. "Los farmacéuticos hacemos atención farmacéutica, guiamos al paciente en la elección del medicamento. Incluso cuando hay una receta, podemos hacer observaciones y orientaciones sobre otras opciones más accesibles desde el punto de vista económico", explicó, quien también recordó que los pacientes pueden ser orientados sobre alternativas terapéuticas según sus necesidades.
Otro de los puntos mencionados por Firenstein fue la importancia de comprender la diferencia entre los nombres genéricos y comerciales de los medicamentos. "Es importante tener en cuenta que los medicamentos tienen dos nombres: el nombre genérico, que es la monodroga, y el nombre comercial, que es el que le da el laboratorio. Con una misma monodroga, pueden existir diferentes nombres comerciales de distintos laboratorios", detalló, enfatizando que este conocimiento debe ser accesible para los pacientes para tomar decisiones informadas.
En este sentido, también hizo hincapié en que los medicamentos deben ser considerados como un bien social, no como un simple producto de consumo. "Un medicamento no es un bien de consumo ni una unidad de negocio. Es un bien social, un mediador de salud", afirmó, dejando claro que los medicamentos deben ser tratados con responsabilidad, tanto en su dispensación como en su uso.
En cuanto al modelo de farmacia en Argentina, Firenstein destacó que "la farmacia argentina es un modelo a nivel mundial de atención primaria en salud", y que los farmacéuticos se comprometen a trabajar en equipo con otros profesionales de la salud para garantizar el bienestar de los pacientes. "Pretendemos, como farmacéuticos y parte del equipo de salud, estar siempre a disposición del paciente, guiando en la correcta utilización del medicamento, ya que somos especialistas en este campo", agregó.
Finalmente, subrayó que, en aquellos lugares donde no existen disposiciones locales específicas sobre la venta libre de medicamentos, son los farmacéuticos quienes deben actuar de acuerdo con lo que consideran adecuado para proteger la salud pública. "Lo que queremos es evolucionar como sociedad, no involucionar, y todos debemos velar por la salud del paciente desde cada uno de nuestros lugares dentro del equipo de salud", concluyó Firenstein.