Un "tomá y hacelo" y un "tomá y hacé lo tuyo". Con dos toques, Paulo Dybala guió a la Roma a otro triunfo. El argentino, de gran momento en la Loba, asistió a El Shaarawy para dejarlo solito de cara al arco y luego metió el pase para que Tammy Abraham lo liquide. La Joya no afloja.

El idilio entre Dybala y Roma sigue en su punto máximo. A Paulo le hizo muy bien llegar al club de la capital italiana, en donde no solo se llenó de confianza, sino que además recuperó su mejor nivel, situación que lo llevó al Mundial y a ser campeón. Nada menos. La Loba necesitaba un jugador de esta calidad y con el hambre de ganar intacto.

"Con Paulo, la pelota siempre es redonda y suave", dijo Mourinho, DT de la Roma, hace unos días. Y con esa frase sintetiza tanto lo que ve como lo que sucede. Cuando el cordobés es parte del juego de la Loba, algo bueno pasa. Y vaya si pasó en el Stadio Alberto Picco, la casa del Spezia), en donde Paulo fue la clave del triunfo por 2-0.

La Joya fue titular y, con un par de apariciones, le alcanzó para abrir el camino de su equipo. En el primer tiempo picó al espacio, quedó mano a mano con Dr?gowski, el arquero polaco del Spezia, y no dudó en tocar la pelota al medio para que El Shaarawy la mande a guardar. Egoísmo cero.

En el complemento, cuando el local dejó un espacio en busca del empate, Dybala encontró a Abraham y el inglés armó una gran jugada personal, con caño incluido, para el 2-0. Luego Mou lo reemplazó porque el partido estaba liquido y porque también va administrando el físico del cordobés.

Dybala lleva 13 partidos en Serie A con la Roma y participó directamente en 12 goles: 7 los convirtió y en 5 asistió. Además fue clave indirectamente en otros tantos, como en los penales que le cometieron o disparos que terminaron en tantos de compañeros. Además tiene otro gol por Coppa Italia. Su nivel es directamente proporcional con la importancia que tiene dentro del equipo.

Con la victoria, la Loba llegó a 37 puntos y, por ahora, está cuarto. El objetivo del equipo es mantenerse en puestos de Champions. Si sigue así, con un Paulo encendido, puede soñar.