La Juventus es la joya del fútbol italiano, el súper campeón de casi todo lo local y el que llega lejos en la Champions, torneo que últimamente se lo llevan los españoles. Pero a veces la Vecchia Signora falla y ahí es cuando aparece otro histórico para volver a sonreír. El Milan le ganó la Supercopa de Italia, que se disputó en Doha, al superarlo en la tanda de penales. Gonzalo Higuaín metió el suyo, pero Paulo Dybala erró el quinto y trofeo para el Rossonero, que tuvo presencia argentina: Gabriel Paletta fue titular, mientras que José Sosa miró la final desde el banco y también se colgó la medalla Leonel Vangioni.
El juego fue parejo, con un poco más de dominio del Milan. Chiellini puso arriba a la Juve, a los 18 minutos de partido, y Bonaventura lo empató, a 38'. Fueron a suplementario, donde el equipo de Turín tuvo las mejores chances, con un gol anulado a Evra, una que se perdió increíblemente Dybala y una discutida sobre el cierre, donde pidieron penal. Todo a definirse desde los doce pasos...
Marchisio, gol. Buffon se lo atajó a Lapadula. Parecía que la Juventus se encaminaba a la octava copa. Pero Mandzukic reventó el travesaño y Bonaventura lo empató, otra vez. Kucka y Khedira hicieron los suyos: 3-3. Higuaín, fuerte al medio. Suso, el 4-4. El turno de Dybala, que disparó cruzado y atajó Donnarumma a mano cambiada. Y Pasalic le dio el título al Milan, la séptima, para igualar la marca de los vencidos.