La jornada se enmarca en un nuevo aniversario de la Ley N° 9092, sancionada el 25 de septiembre de 1997 y que declaró "la Libertad de los Ríos Paraná, Uruguay y Gualeguay", prohibiendo la construcción de nuevas represas en el territorio de la provincia de Entre Ríos. Por tal motivo, este miércoles desde las 15 horas estará en Sala Mayo una jornada de concientización.
“Vamos a estar celebrando este día, que es especial porque recuerda un logro que tuvo la ciudadanía entrerriana para frenar esta represa que se había planificado en aquel momento con contratación directa del presidente Carlos Saúl Menem. Hubiese sido una sentencia de muerte para nuestro río o por lo menos lo que hoy conocemos como río”, aseguró en primera instancia el abogado Enzo Culasso.
Por tal motivo, la iniciativa propone “recordar todo ese proceso histórico, está garantizada la libertad de los ríos en cuanto a la no instalación de nuevas represasen el territorio entrerriano. También nos vamos a preguntar qué otras libertades le faltan al río porque hay un montón de cosas que le están pasando como por ejemplo la contaminación, los peces y la mal llamada Hidrovía que hoy está en disputa. Queremos saber porque el río está tan bajo y, de alguna manera, imaginarnos hacia el futuro, con las herramientas y leyes que tenemos, la democracia ambiental y la participación ciudadana como pensamos este futuro y qué deseamos para nuestro río”.
Sobre una manera de definir al río Paraná, Culasso lo describió como un “monstruo”. Además, aseveró: “Es la unión de un montón de ríos que vienen descendiendo desde América del Sur y que forman un solo continuo biológico e hidrológico, que lleva sedimentos, sino que también transporta culturas. Es un corredor biocultural y también tiene un rol preponderante en la región porque por ahí se exporta el 80% de lo que se produce”.
La faltante de políticas
Uno de los ejemplos que lanzó el referente ambientalista es la bajante del río en los últimos años, donde “se acrecientan estos problemas porque lo que pudimos relevar es que hay más de 100 caños clandestinos que vierten sus desechos en el Paraná, no hacen un tratamiento previo y eso sumado a las ciudades que estamos sobre el Paraná, que vertimos nuestros afluentes cloacales, sin tratamiento previo. Eso, con un río que se mantiene tan bajo, termina repercutiendo en la calidad del agua que nosotros consumimos. También en toda la biodiversidad que depende de ese río”.
A pesar de contar con “un montón de leyes que protegen al río”, el problema radica en el “cumplimiento”. “No solo el control se ejerce judicialmente, también por parte del Estado con las sanciones que se hacen. Hay necesidad de inversiones millonarias que son una deuda pendiente para poner en funcionamiento un montón de plantas de tratamientos de efluentes cloacales”, señaló.
Instó a utilizar de buena forma las “herramientas de la política ambiental, como la prevención o la precaución” porque muchas veces el daño “puede ser irreversible” en cuanto a ríos.
El profesional recomendó qué acciones seguir para evitar la contaminación: “Hay que entender que todo lo que tiramos en la calle va a parar al río, tarde o temprano porque todas las aguas terminan en el río”.