Sociedad Relató lo vivido

Derrumbe en Villa Gesell: única sobreviviente reveló qué hizo bajo los escombros

Con las piernas aprisionadas, de espaldas al suelo, apenas supo que podía mover un brazo comenzó a palpar lo que podía tener alrededor de su mano izquierda, hasta que dio con una piedra que fue clave. Usó técnicas de yoga para poder respirar.

6 de Noviembre de 2024
María Josefa Bonazza Clarín

María Josefa Bonazza, de 79 años, es la única sobreviviente del devastador derrumbe que ocurrió en Villa Gesell, cuando el Apart Hotel Dubrovnik colapsó la madrugada del 6 de octubre.

 

Atrapada bajo toneladas de escombros, con las piernas aprisionadas y la espalda al suelo, la mujer no perdió la calma. Desde un principio, sabía que la clave para salir con vida era mantener la serenidad y hacer todo lo posible para llamar la atención de los rescatistas.

 

No podía verlo, pero sabía que junto a ella estaba su marido, Federico Ciocchini (84), un reconocido artista plástico de Balcarce. "No sufrió mucho porque fue instantáneo, no sentí una respiración agónica que me dijera que estaba sufriendo. Yo le hablaba: 'Tesoro', fue un derrumbe, ya nos van a venir a rescatar", relató María en una conversación con el diario Clarín.

 

Calma en medio del caos

En medio del caos, María empezó a aplicar las técnicas de respiración que había aprendido a través del yoga, lo que la ayudó a mantenerse tranquila y a conservar su energía mientras esperaba ser rescatada. Sin embargo, no fue solo su calma lo que la salvó.

 

La mujer comenzó a golpear repetidamente una piedra con su mano izquierda, haciendo el código internacional de socorro en Morse, conocido como S.O.S. La secuencia de golpes: "ta ta ta... taaa taaa taaa... ta ta ta", fue su grito de auxilio.

 

 

El código morse como esperanza

"Le pregunté a Mariano, el bombero que me hablaba, y me dijo que me habían encontrado por eso. Todo el mundo lo tiene que saber, hay universitarios que no saben ni lo que es, y te puede salvar la vida", dijo María, quien pasó horas atrapada en la oscuridad, pero confiada en que su esfuerzo por comunicarse con los rescatistas sería efectivo. Además del código Morse, utilizó su respiración controlada para mantenerse calmada, lo que le permitió resistir el paso del tiempo bajo los escombros.

 

"Se nos viene todo encima y con algún material se forma arriba mío como una forma de cúpula, y sentí que corría aire, de un lado y de otro, sabía que podía respirar, entonces le dije a Fede que nos quedemos tranquilos, nos tenemos que quedar quietos. Ya no me contestó", continuó su relato, recordando cómo, a pesar de la angustia, nunca perdió la esperanza.

María Josefa Bonazza, sobreviviente del derrumbe en Villa Gesell. Foto: Radio 100.9

María explicó que su mayor preocupación durante los primeros momentos fue la piedra que se encontraba cerca de su boca, la cual temía que pudiera dificultarle la respiración. "Solo me quedó la cara libre, como si fuera una corona de piedras alrededor, pero una piedra, cuando hablaba, se me venía hacía la boca, y yo la intentaba alejar con la lengua. Tenía ese miedo", comentó.

 

 

Recuerdos y fortalezas en medio de la tragedia

Después de 10 horas atrapada, los rescatistas finalmente pudieron llegar a María. Al principio, sin embargo, se encontraron con una tragedia aún mayor: Federico Ciocchini, su esposo, había fallecido en el mismo colapso. "Sentí cómo lo sacaban. Vivimos 48 años de amor, felices, una vida hermosa. No estoy angustiada, ni furiosa, estoy triste por mi amorcito, porque me falta mi amor. Me queda recordarlo", compartió María.

 

A pesar de la pérdida, la mujer expresó su gratitud por la valentía de los bomberos, enfermeras, médicos y personal de rescate que le dieron una segunda oportunidad. "Me salvaron mis ángeles, los bomberos, las enfermeras, los médicos, el encargado Carlos Cantagliano, que les dijo dónde podíamos estar", comentó María con voz temblorosa pero llena de agradecimiento.

 

Ahora, mientras se recupera en el Hospital Fossati de Balcarce, puede ver desde su ventana la casa de estilo colonial en la que vivió durante tantos años. Sin embargo, lo que más le importa en este momento es seguir adelante con la fortaleza que siempre la ha caracterizado. Cuando le den el alta, pasará algunos días en la casa de su hermana Doris, quien también estuvo allí para apoyarla en estos momentos tan difíciles.

 

Aunque el rescate le permitió salir con vida, María aún considera que su capacidad para mantenerse calmada y su conocimiento del yoga fueron factores cruciales para lograr sobrevivir a la tragedia. Y aunque en el pasado no creía mucho en los milagros, ahora confiesa que su experiencia la ha hecho cambiar de opinión. "Yo no creía mucho en los milagros, bueno, ahora tendré que creer", concluyó. (Con información de Clarín)

Derrumbe en Villa Gesell hotel bomberos