De la mano de un Chris Paul imparable, conductor como siempre y anotador como cuando es requerido, el equipo de Doc Rivers tomó las riendas del partido enseguida y solo las perdería eventualmente durante el segundo cuarto. Los 32 puntos del base fueron la máxima marca del partido, acompañado por los 26 de Blake Griffin, quien estuvo bien controlado, pero junto a DeAndre Jordan ganó la batalla de los tableros (entre los dos bajaron 26 rebotes).
Por el lado de los Spurs, el líder silencioso volvió a ser Kawhi Leonard, con 18 tantos y seis rebotes, aunque fue el único de los habituales titulares que tuvo un porcentaje de campo aceptable. Porque el equipo de Gregg Popovich fallaba en su habitual circulación y en encontrar ese pase extra, por eso el porcentaje de tiros de campo estuvo por el piso, apenas un 36,6%.
Manu Ginóbili, desde el banco como siempre, estuvo 19 minutos en cancha en los que anotó 10 puntos, bajó siete rebotes y dio seis asistencias. Sus números fueron aceptables, aunque su efectividad no fue la esperada (tres de 10 de cancha). Le costó al bahiense, como a todo el equipo, que trató de revertirlo a puro triple, con tres de Patty Mills y otros tres de Marco Bellinelli, pero estuvo lejos de ser suficiente.
Con la serie de cuartos de final de la Conferencia Oeste 1-0 para Los Angeles Clippers, la sensación que se instaló es que será larga y difícil para los Spurs, como pasara con Dallas Mavericks el año pasado. El miércoles se jugará el segundo encuentro, nuevamente en el Staples Center, y recién el viernes la serie se mudará a Texas, donde San Antonio será local para el tercer partido.