Siempre están en el ojo de la tormenta y su actuación en partidos definitorios es observada con una lupa. El Superclásico por la Semifinal de la Copa Sudamericana es una de esas oportunidades donde los árbitros deben agudizar el ojo para cometer la menor cantidad de errores. Cualquier fallo puede dejar la puerta abierta a la polémica. Silvio Trucco lo sufrió en carne propia en el cotejo de ida, y ahora Germán Delfino quiere evitar pasar por la misma circunstancia que su colega.
Trucco fue apuntado por la gran cantidad de entradas duras que hubo y Delfino, que será el encargado de impartir justicia el jueves desde las 20.45 en el Monumental, intenta dejar su advertencia para no tropezar con la misma piedra. "Si alguien mete un planchazo al minuto, lo voy a echar. Pero tengo que estar convencido. Tengo que estar 100% seguro, en la mejor ubicación, quizás me apoyo en un asistente. Tiene que ser clarísimo, en el minuto 1 ó 90. El mejor árbitro es el que acierta", sentenció el hombre de negro.
La jugada más discutida en el último 'Súper' fue el 'patadón' de Leonel Vangioni sobre Juan Manuel Martínez a los pocos minutos del juego, que le significó la tarjeta amarilla para el de River y la salida del campo de juego por lesión para el "Burrito". "En la primera que se le cuestiona a Silvio (Trucco) de Vangioni, no es que todos las vieron como roja al instante. Tuvo la mala suerte de que Martínez termina lesionado porque eso lo agrava. Lo entiendo al 'Burrito', porque se queda afuera de la revancha, con una infracción fuerte, pero con una acción discutible", enfatizó.
Será la tercera presencia de Delfino en los Superclásicos. Estuvo en el 1-1 del Final 2013, donde expulsó a Ramón Díaz en la 'Bombonera' y en el triunfo "xeneize" del Inicial 2013, con gol de Gigliotti. "Las sensaciones desde el día que supe la designación fueron alegría, de ser un privilegiado de estar en este lugar que quieren estar todos. Tuve dos veces la oportunidad en el torneo local. Obviamente que es un partido diferente el Boca-River y éste de la Copa tiene otra magnitud: uno de los dos se queda afuera", confesó.