"Es una victoria anímica que nos viene bien para encarar el partido del miércoles con confianza, pero ganamos de casualidad, fueron tres puntos y nada más", se sinceró el Marcelo Gallardo tras el partido en Paraná. Y no es para menos: River, a punto de jugar uno de los partidos más importantes del año, mostró muy poco frente a Patronato y dejó en claro que es un equipo lleno de dudas.
En el mismo sentido se expresó Guillermo Barros Schelotto tras la agónica victoria de Boca ante Tigre, en tiempo de descuento. "Necesitábamos ganar para tener un envión de cara al clásico, lo mejor era ganar para despedirnos bien de la gente", sostuvo el Mellizo.
Ambos entrenadores saben que la actualidad de sus equipos no es la mejor, sin embargo Boca tiene una pequeña ventaja. El Xeneize sigue puntero y parece difícil que se le escape el título de la Superliga, con lo que lograría el bicampeonato. En River, la cosa es un poco distinta: pese a que en los últimos años fue protagonista absoluto en las Copas Internacionales, su actualidad lo muestra muy en deuda. Está decimonoveno en el campeonato y con 23 puntos se está quedando afuera de todas las competiciones importantes del 2019.
<b>Los equipos</b>
En Boca jugarán los mismos que lo hicieron desde el inicio ante Tigre, mientras que en River habrá algunas modificaciones, con el ingreso de Martínez Quarta, Lucas Pratto y Gonzalo Pity Martínez, que irá desde el arranque.
Tanto Gallardo como Barros Schelotto saben que el partido del miércoles será diferente. "Es un partido único, distinto a todo" en el que "hay que dejar de lado todo lo que pasó hasta hoy. Tenemos claro cómo tenemos que jugarlo", señaló el Muñeco. "Vamos a ver cómo nos toma este partido porque la gente lo está jugando desde hace mucho y nosotros lo tenemos que jugar de una manera especial. Si tenés cabeza pero no tenés fútbol, es posible que no juegues a nada. Se juega con fútbol y con la cabeza", indicó el entrenador.
El Mellizo, por su parte, también siguió la línea de su colega: "La importancia del partido aumenta porque es River, importa porque es el clásico, por eso lo tenemos que jugar como marca la historia de Boca, a matar o morir", señala Toda Pasión.
Las cartas están echadas. El miércoles, desde las 21.10, será la hora de la verdad. Boca-River, River-Boca, será la final que pare el país.