El imputado por defraudación es un hombre de 47 años, oriundo de Gualeguaychú, que cumplió funciones en la Policía de Concepción del Uruguay. La denunciante es una mujer de 79 años que habría sido estafada en su confianza tras la muerte de su esposo y su cuñada, con quienes convivía en un campo en Colonia Caseros.
En los Tribunales de Gualeguaychú se realizará, desde este lunes y durante tres audiencias, un juicio que tiene como particularidad que la persona sentada en el banco de los acusados será un ex funcionario policial que fue denunciado por una mujer que lo conoció en 2018 por ser vecino del campo donde ella vivía junto a su marido y su cuñada.
Según se informó, el hombre ganó la confianza del matrimonio y ayudaba en el campo de Colonia Caseros en distintas actividades, pero comenzada la pandemia en 2020 la anciana quedó sola por la muerte de su marido y su cuñada. Y esto habría sido aprovechado por el imputado.
La denunciante no tiene hijos y siempre vivió en el campo. Primero, y hasta los 35 años, con sus padres en Colonia Rincón Angina, y luego con su esposo en Caseros.
Ambos vivían, junto a una cuñada, en el campo propiedad de su esposo. La mujer, que actualmente tiene 79 años, casi no tuvo instrucción escolar, por lo que sus habilidades de lectoescritura son reducidas. Su vida siempre transcurrió en las tareas rurales y cuando su esposo comenzó a tener problemas de salud y fueron envejeciendo “seguimos trabajando más despacio, pero seguimos”, contó la mujer en su declaración ante el fiscal Jorge Gutiérrez.
El imputado, que trabajaba en la Policía en ese momento, se les acercaba a conversar y así se fue generando la confianza de sus vecinos. Durante la pandemia quedaron aislados porque la familia no tenía permiso para ir hasta el campo en Colonia Caseros a visitarla y fue en ese contexto que su esposo y su cuñada murieron. Ella quedó muy sola: “Se me estroló la cabeza”, confió.
Para la acusación, el hombre se ofrecía a ayudarla y parecía que lo hacía de buena fe, pero la fue aislando cada vez más y despojando de sus cosas. Incluso, y según señala la mujer en su denuncia, le vendió vacas, le decía que le iba a dar la plata, pero al parecer nada de eso sucedió.
“Él iba a ayudarme a hacer trabajos en el campo, teníamos una buena relación tanto conmigo como con mi marido. Yo le había dicho que le iba a dar una pequeña propiedad para él, para pagarle y devolver la ayuda que me daba, a modo de voluntad”, manifestó la mujer en su denuncia, aclarando que ese pago por sus trabajos y ayuda se trataba de “un pedacito de terreno” y “no todo el campo”.
Fue en ese contexto, y una vez que quedó sola, que el denunciado la trajo a Gualeguaychú para modificar el testamento ante una escribana de su confianza. El fiscal Gutiérrez expresa en su acusación que la damnificada fue traída a Gualeguaychú “a firmar papeles con personas que ella no conocía como testigos y profesionales que no había contratado, que nadie se adaptó a sus necesidades intelectuales o auditivas”.
Además, agregó que “ella pensó que era por un pedacito (de terreno), que no escuchaba bien lo que le leían, ni entendía bien lo que decían y que luego cuando sus hermanos estaban por llevarla a Concepción porque ya no podía vivir sola, se enteró que el imputado la había ‘dejado en la calle’”, como ella calificó su situación en la declaración.
La denuncia
En esa primera visita a Gualeguaychú visitaron una escribanía en pleno centro de la ciudad y, según refiere la denuncia a la que accedió El Argentino: “Me leyeron algo, pero yo escuchaba poco porque soy media sorda, no recuerdo qué es lo que me leyeron, estábamos presente él, yo, la chica (escribana) y dos testigos: un hombre y una mujer que yo no conocía. Ellos ya estaban esperando cuando nosotros llegamos, firmé dos papeles que yo pensaba que estaba firmando para darle esa pequeña propiedad”.
En su segunda visita, del 10 de febrero de 2021, el acusado la trajo a “firmar otros papeles” y la escribana “leyó algo, pero como yo no escucho ni veo bien, no sé bien qué era, me dijo que era el título de la pequeña propiedad que yo le estaba dando, firmé un solo papel”. “Quiero dejar asentado que esa no fue mi voluntad, yo solo quería darle una pequeña propiedad, no sabía qué era lo que estaba firmando en realidad”, afirmó la mujer en su denuncia.
En el juicio que se realizará durante tres audiencias desde este lunes en los Tribunales de Gualeguaychú, también saldrán a la luz los distintos informes psicológicos que se le realizaron a la damnificada, en los que se describe a una mujer vulnerable, angustiada, con fallas en la memoria, con una capacidad de atención limitada y un rendimiento cognitivo bajo, que sufrió un gran impacto emocional a raíz del aislamiento obligatorio en pandemia, además de las pérdidas de su esposo y su cuñada, que desencadenaron un proceso emocional depresivo severo. (El Argentino)