
A partir del 10 de abril, China implementará aranceles adicionales a todos los productos importados de Estados Unidos, elevando la tarifa en un 34 por ciento, según lo anunciado este viernes por la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado. Este ajuste en la política arancelaria refleja las tensiones comerciales entre ambas naciones, marcando un nuevo capítulo en la disputa económica que ha mantenido en vilo a los mercados internacionales.
El anuncio de China se produce después de que Estados Unidos decidiera imponer "aranceles recíprocos" a las exportaciones chinas, una acción que la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado considera fuera de las normas comerciales internacionales. Según la comisión, esta medida "socava gravemente los derechos e intereses legítimos de China, y representa un acto típico de intimidación unilateral". La respuesta de Pekín subraya la creciente rivalidad comercial entre las dos potencias económicas más grandes del mundo.
El impacto de estos aranceles recíprocos fue significativo para el comercio bilateral, afectando sectores clave de ambas economías. En reacción a la acción de Washington, China no solo incrementó sus tarifas aduaneras, sino que también tomó medidas legales, presentando una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esta demanda busca que la OMC intervenga para resolver lo que Pekín considera una violación de los acuerdos comerciales internacionales.
Prohibición de exportaciones y nuevas investigaciones
Además de los aranceles, el gobierno chino intensificó su presión sobre los Estados Unidos mediante varias acciones adicionales. China ha decidido prohibir la exportación de artículos de doble uso a 16 entidades estadounidenses, lo que agrava aún más las tensiones. Esta decisión podría tener implicaciones serias para los sectores tecnológicos y de defensa de ambas naciones, dada la naturaleza de los productos implicados.
Paralelamente, Pekín lanzó una investigación antidumping sobre las importaciones de tubos de tomografía computarizada médica provenientes tanto de Estados Unidos como de India. Las autoridades chinas están investigando la competitividad industrial de estos productos médicos, lo que podría desencadenar nuevas barreras comerciales en un sector tan sensible como el de la salud.
El gobierno chino también tomó medidas contra las empresas estadounidenses al agregar a 11 de ellas a su lista de entidades poco confiables. Esta lista está conformada por empresas extranjeras que, según las autoridades chinas, incumplen las normas comerciales o presentan riesgos para la seguridad nacional de China. Además, las autoridades aduaneras chinas suspendieron las cualificaciones de seis empresas estadounidenses, lo que restringe su capacidad para exportar a China.
Reacciones del Consejo Nacional de la Industria Ligera de China
Mientras tanto, la respuesta de China también ha sido acompañada por la firme oposición de sectores industriales. El Consejo Nacional de la Industria Ligera de China expresó su descontento con una medida tomada por Estados Unidos: la cancelación del tratamiento libre de aranceles para paquetes de bajo valor procedentes de China.
Esta política estadounidense afectó a las pequeñas y medianas empresas chinas, que dependen de la exportación de productos de bajo valor para mantenerse competitivas en los mercados internacionales.
Con este panorama de medidas recíprocas, la guerra comercial entre Estados Unidos y China se intensifica aún más, dejando en duda la posibilidad de una resolución rápida y el impacto que estas decisiones puedan tener en la economía global. (Con información de NA)