De cara a la próxima campaña maicera y, como respuesta al problema del achaparramiento del maíz causado por la chicharrita (Dalbulus maidis), se creó la Red Nacional de Monitoreo que ya arrojó los primeros resultados. Este sistema, que emplea trampas cromáticas adhesivas para rastrear la presencia de la plaga, permite a los productores acceder a información precisa sobre la situación del vector en sus regiones. De este modo podrán tomar decisiones para mitigar el impacto del insecto.
Los resultados iniciales, que fueron presentados en el Congreso de Aapresid que se realiza en La Rural con el apoyo de Expoagro, revelaron una mayor presión del insecto en el NOA, donde se recomiendan medidas preventivas más estrictas, y una menor presencia hacia el centro y el sur.
Sin embargo, en 24 localidades del NOA se detectó la presencia de más de 100 adultos de la chicharrita por trampa, mientras que en otras cinco localidades la presencia se ubicó entre 51 a 100 adultos. De las 59 localidades relevadas en el NOA, se observó en casi el 80% de las localidades valores superiores a 21 adultos por trampa de D. maidis.
Información para planificar
“Ya no podemos hacer el maíz como lo veníamos haciendo antes; tenemos que cambiar la forma de verlo dentro del sistema. La información que plasma esta red muestra cuál es la situación de la plaga en las distintas regiones de maíz y puede servir para planificar la próxima campaña”, advirtió Augusto Casmuz, de la sección Zoología Agrícola de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), dijo a La Nación.
Los objetivos de esta red son informar sobre la captura con trampas cromáticas adhesivas de los adultos del insecto en diferentes regiones productoras de maíz en la Argentina e informar sobre el porcentaje de la infección estacional de los adultos. Estará a cargo del Centro de Bioinvestigaciones de la Unnoba-Cicba (Conicet).
Esta iniciativa es liderada por importantes instituciones, incluyendo la Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos (Aappce), la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) y la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar).
Zonas de influencia
El primer informe, que abarcó el monitoreo de 146 localidades en las regiones del NOA, NEA, litoral, centro norte y centro sur, detalla el número de adultos de la chicharrita capturados con trampas cromáticas adhesivas entre el 15 de julio y el 2 de agosto de 2024.
“En regiones como el NEA o el Litoral, la cantidad de localidades incluidas en este primer informe fue baja, por lo que aún es prematuro determinar la situación de las plagas en estas áreas”, aclaró Casmuz. Agregó que en próximos informes se incorporarán nuevas localidades para obtener una visión más completa del problema.
En la región NOA se encontraron valores significativos en casi el 80% de las 59 localidades monitoreadas, con capturas superiores a 21 adultos por trampa. “En el NOA aproximadamente el 50% de las localidades estaban en la categoría más alta, con más de 100 chicharras por trampa. Esto indica que aún hay una brecha considerable que debemos abordar antes de la siembra del cultivo de maíz. Debemos tomar conciencia y comenzar a manejar estas poblaciones para reducir su número”, dijo Casmuz.
Reducir los niveles
El informe destacó la necesidad de monitoreo, eliminación y control de los maíces voluntarios como medidas esenciales para el manejo de la plaga. Los estudios previos en localidades como San Agustín, Isca Yacu y Los Altos mostraron una disminución en los niveles de captura durante los meses de julio y agosto debido a las heladas, lo que también contribuyó al control de los maíces voluntarios.
En contraste, en las regiones del NEA y el litoral las capturas fueron bajas, con prevalencia de 0 a 4 adultos por trampa. El informe señaló que “será de suma importancia la adopción de medidas para reducir los niveles poblacionales antes de la siembra del cultivo”. Con cuatro ciudades en el NEA y siete en el Litoral, la incorporación de nuevas localidades en futuros informes permitirá una evaluación más precisa de la situación.
Gestión de cultivos
En la región centro norte el informe reveló que en un 63% de las 27 localidades la captura de adultos de chicharrita fue nula, y en un 18,5% de los casos se observaron valores menores a cuatro adultos por trampa. Los mayores valores se encontraron en el norte de Córdoba y Santa Fe. “Será de suma importancia la adopción de medidas para reducir los niveles poblacionales antes de la siembra del cultivo en esta región”, enfatizó el informe.
En la región centro sur se detectó captura nula en el 67,3% de las 49 localidades relevadas, especialmente en Buenos Aires y La Pampa. Solo en un 18,4% de las localidades se registraron valores menores a cuatro adultos por trampa.
“En la zona del centro norte y centro sur del país vemos una situación de menor cantidad de chicharritas capturadas. También se debe poner mucho énfasis en que esos niveles relativamente bajos no sigan evolucionando; están en una situación mejor que en el NOA, por lo que también hay que fomentar una correcta gestión de los maíces voluntarios para evitar un aumento en la población”, dijo Casmuz.
Visión y distribución
“Estas zonas tienen posibilidades de sembrar maíz ahora, por lo que están expuestas a una menor cantidad de la plaga. Sin embargo, si se retrasa la fecha de siembra del maíz, los problemas, como vimos en la campaña pasada, pueden incrementarse. La información que plasma esta red muestra la situación de la plaga en las distintas regiones de maíz y puede servir para planificar la próxima campaña”, agregó.
El primer informe ofrece una visión inicial sobre la presencia y distribución de la plaga, subrayando la necesidad de un enfoque integral en el manejo del maíz para mitigar los riesgos asociados al complejo del achaparramiento.
“Si estás en una zona donde hay una o dos trampas cromáticas amarillas, esa trampa te marca cómo está la plaga, pero también el productor debe estar atento a otros factores. No solo debés considerar el dato que te da la trampa; esta problemática requiere una supervisión mucho más intensa, ya que cualquier descuido puede tener consecuencias significativas. La campaña pasada demostró que un descuido puede costar mucho”, concluyó Casmuz. Fuente: (La Nación)