Cinco temporadas tuvieron que esperar los fanáticos del Chelsea para recuperar la gloria del medio doméstico, hito que fue posible de la mano de José Mourinho, el ídolo que volvió a Londres para reconstruir los ánimos triunfalistas de la institución y sumergir a sus hinchas en los placeres del éxito.
Después de una brillante 2014/2015 en la que se adueñó de la Premier League y la Copa de la Liga, los "Blues" asumirán responsabilidades de fuste en el ámbito internacional, pero tampoco podían entregar rápidamente el cetro local, donde vuelven a ser uno de los principales candidatos.
Sin embargo, el inicio de la defensa del título no fue nada sencillo. Aunque pudo ponerse en ventaja en el Stamford Bridge cuando el brasileño Oscar abrió el marcador frente a Swansea antes de la media hora, a los pocos minutos apareció Ayew para ahogarle rápidamente el festejo y emparejar el partido.
Pese a esto, el destino pareció hacerle un guiño al elenco de 'Mou', ya que enseguida Federico Fernández anotó en contra de su propia valla y le devolvió la ventaja. Pero no por ello el Chelsea lograría la comodidad necesaria. Todo lo contrario. En el complemento Courtois derribó a un rival en el área y le costó caro: expulsión y penal en contra. Fue Gomis el que se hizo cargo de la pena máxima para decretar desde los doce pasos el 2-2 final.
Y mientras el Swansea estuvo muy cerca de darle el golpe de nocaut anotando el tercero, el portugués se jugó las últimas fichas mandando a Radamel Falcao a la cancha. En vano fueron los intentos y el campeón debió conformarse con una igualdad que le dejó un sabor bastante amargo.