Se jugaba algo más que tres puntos en Santiago del Estero. Es que ambos estaban urgidos por sumar para escapar de la zona baja del descenso. Por eso, ese empate 1 a 1 dejó tanto a Central Córdoba como a Flandria con un sabor amargo. Aunque tal vez el Canario lo sufrirá algo más, ya que se había puesto en ventaja y hasta pudo liquidarlo. Igual, se llevó algo para seguir alimentando la ilusión de quedarse en el Nacional B.
Demasiadas precauciones tuvieron ambos en un partido que se valoraba el doble por las centésimas en juego del descenso. Por eso, los primeros 45 minutos pasaron sin pena ni gloria. El local se hizo dueño del campo, aunque no logró poner en aprietos a Leonardo Griffo. Apenas con un desborde de Arnaldo González por la derecha y ese centro violento que buscó un desvío que finalmente encontró las manos del 1 Canario. Iban 32 minutos y esa fue la única situación que podría denominarse de riesgo.
En un encuentro friccionado y luchado, al conjunto de Jáuregui le costó salir con claridad ante la presión de Central Córdoba. Por eso, debía saltar líneas con pelotazos desde el fondo. Pablo Bueno ?se lo notó rápido- aguantó bien un par de bochazos, aunque no tenía demasiada compañía ni Franco Costa (demasiado recostado sobre la izquierda como puntero) ni de Facundo Melivilo (no terminaba de definirse si jugar de punta o pararse como un volante más). Todo cortado. Como la frente de Mauro Bellone, que recibió una patada en su frente y sufrió un importante corte, aunque un par de minutos después volvió al campo de juego.
En el complemento, Flandria salió con otra actitud. Como ante Pergamino, se paró un par de metros más adelante y Melivilo entró rápidamente en sintonía. En menos de 5 minutos, hizo más que en toda la etapa inicial. En ese inicio, el 10 arrancó de derecha hacia el centro, apiló a varios defensores y sacó un zurdazo violento que se fue cerca.
Por el lado del equipo santiagueño, lo más peligroso pasaba por González y por Vilchez que, a esa altura, ya eran bien controlados por Altuna, Bellone y Vicente, que alternaban en la marca.
Ese buen inicio tuvo su premio. Porque Melivilo la armó solo por la derecha a pura velocidad y habilidad, metió el centro atrás perfecto para que Vicente ingresara apareado por un defensor y la punteara ante el arquero. 1 a 0 y silencio en Santiago del Estero.
De las tribunas del estadio Terrera comenzó a bajar el fastidio canto contra los jugadores de "a ver si ponen huevo / que no juegan con nadie". Y de contra el Canario tuvo el segundo: pase de Bueno para Costa lanzado en velocidad y todo el campo, pero en el último toque la adelantó demasiado y el arquero se tiró con todo al piso.
Pero, como casi siempre, a Flandria le costó defenderse con la pelota. No podía robarle el balón a un rival que tampoco mostraba demasiado. Por eso, se acurrucaba cerca de Griffo, mientras que Central Córdoba le llenaba el área de centros y bochazos. En uno de esos, llegó el empate: tiro de esquina desde la izquierda y Gabriel Fernández ganó de arremetida para establecer el 1 a 1.
El cierre fue electrizante. Porque el punto no conformaba a nadie. El Perrito González tuvo un buen tiro libre que rebotó en la barrera. Y en la contra, Camacho cerró justo contra Zbrun cuando Griffo parecía vencido.
En el cierre, el Canario pareció con algo más de resto físico. Y fue como pudo, generando un par de pelotas paradas cerca del área de Calviño. La más clara estuvo en los pies de Gabriel Díaz, que paró un mal despeje del arquero, pero la tiró a cualquier lado cuando la quiso pinchar por arriba.