Marcelo Agüero recorrió más 1700 kilómetros desde la ciudad de Concordia, en Entre Ríos, hasta Salta, para pedir por la salud de su tía. Su largo peregrinar finalizó el pasado sábado cuando arribó a la Catedral salteña, donde fue recibido con una profunda emoción.

Durante su travesía, el hombre cruzó pueblos, ciudades y parajes en donde fue asistido, y recibiendo el apoyo por su inquebrantable fe.

En la localidad de Taco Pozo, el hombre tuvo que ser asistido para aliviarle las ampollas de los pies. En Joaquín V. González y en El galpón también esperaron su paso para asistirlo y apoyarlo.

En el avance de su peregrinaje al llegar a General Güemes, Agüero descansó, y se preparó para el último tramo del viaje.

En la Catedral

Poco antes de las 19 del sábado, Agüero dio inicio al último tramo: las dos cuadras que los separaban de los Patronos de Salta, estuvieron cargadas de mucha emoción.

Mientras daba sus últimos pasas, recibió el saludo de amigos, conocidos y de aquellos que siguieron su historia; y al llegar a la Catedral, recibió la bendición del sacerdote, para luego ingresar y ofrendar su sacrificio al Señor y la Virgen del Milagro.

Agradecimientos

Agüero se mostró muy agradecido con todos los amigos que lo acompañaron y a los creyentes que, a lo largo de su camino, fueron dejando en sus manos los pedidos para el Señor y la Virgen del Milagro.

Cientos de ellos, imposibilitados de poder llegar hasta la ciudad de Salta, para ser partícipes de la fiesta del Milagro y de la procesión que se concretará el próximo 15 de septiembre, este caminante salteño que llegó desde Concordia, fue el mensajero que intercedió por la fe para cruzar el camino.

Marcelo es salteño, y hace cinco años se fue a Concordia en busca de una mejor vida laboral. Desde entonces no había vuelto a su tierra natal.

Ahora se recupera para volver a caminar desde el miércoles con los peregrinos de la Puna. "Cuando estaba en Salta, siempre los acompañaba y ahora que volví, voy a hacerlos de nuevo", contó.