Para los ajenos, un deleite de espectáculo. Para los propios, un suplicio. Así puede describirse el gran encuentro que hicieron en Valparaíso Bolivia y Ecuador, que dejaron en evidencia que son equipos en formación a los que les costará tiempo hallar regularidad. Lo cierto es que los del altiplano dieron la nota, mantuvieron su invicto y se quedaron con un inesperado triunfo que los coloca como líderes.
De arranque nomás, Ronald Raldes fue al encuentro del balón a la salida de un tiro de esquina y dejó sin chances al arquero rival. Su cabezazo certero le abriría la puerta a la gran conquista de Martin Smedberg, el sueco naturalizado que le metió mucha rosca y amplió la diferencia frente al atónito Tri, que fue una sombra en la primera mitad. De hecho, le regalaron un penal y ni así pudieron batir la valla del enorme Romel Quiñónez, quien contuvo el remate desde los 12 pasos de Enner Valencia.
Para peores, el cuadro del argentino Quinteros se fue con un disgusto más, luego de que su compatriota Damián Lizio (uno de los dos ex River presentes -también ingresó Juan Cazares-) fabricara una falta dentro del área y su compañero Martins la canjeara por el 3-0. Un tremendo lavado de cabeza del ex DT de Emelec en el vestuario, porque en la etapa final mostró mucho más hambre y con vergüenza se llegó a meter en partido, aunque sería muy tarde.
Los registros estadísticos señalaron más de 15 intentos de los ecuatorianos, que en la mayoría de las veces se toparon con el '1' de Bolivia, figura estelar. En el amanecer del complemento, Montero armó una jugada bárbara y le dio el descuento a Valencia, quien se sacó la mufa. Pero a Ecuador le llevaría bastante tiempo acortar la distancia en el marcador. A falta de 10 minutos, Miller Bolaños desenfundó un bombazo de afuera del área que impidió la reacción del guardameta adversario.
Un ratito más tarde, por la misma vía, Noboa haría vibrar la valla rival porque la bola se estrellaría en el travesaño, frente al rezo de toda Bolivia. La contundencia de los dirigidos por Soria fue clave para que su selección se posicione en lo más alto del Grupo A, a falta de su choque frente al local. El conjunto tricolor ahora tendrá que triunfar ante México y esperar por otros resultados para ver si se puede ubicar como uno de los mejores segundos, aunque parece complicado.
Un ratito más tarde, por la misma vía, Noboa haría vibrar la valla rival porque la bola se estrellaría en el travesaño, frente al rezo de toda Bolivia. La contundencia de los dirigidos por Soria fue clave para que su selección se posicione en lo más alto del Grupo A, a falta de su choque frente al local. El conjunto tricolor ahora tendrá que triunfar ante México y esperar por otros resultados para ver si se puede ubicar como uno de los mejores segundos, aunque parece complicado.