La confirmación de que la Libertadores comenzará el próximo 15 de septiembre no sólo movió el avispero en Boca, al punto tal de pensar en pedir la postergación de los partidos pendientes del Grupo H, sino que además también abrieron otra puerta que hasta ahora el club había mantenido cerrada y es la chance de ir entrenar al Interior del país. Son muchas las provincias que ya le ofrecieron (San Juan, San Luis, Jujuy e incluso Mar del Plata) esa posibilidad y aunque de momento Miguel Angel Russo y los suyos tienen otros pensamientos en la cabeza, esto no dejar de ser una oportunidad.
De momento Boca va a esperar. ¿Qué cosa? A que esta semana se resuelva de manera favorable la fecha del regreso de los entrenamiento en el fútbol argentino. Confían en que así será. "Por ahora los tiempos nos dan, no nos sobra, pero tiempo todavía tenemos", avisan desde adentro, aunque a la vez saben que ese tiempo alcanza siempre y cuando no se siga demorando la decisión del Gobierno que, en principio, llegaría después del 17 de julio luego de la reunión entre la AFA y el Ministerio de Salud.
Ésa es una de las razones por las que Boca, por ahora, no le daría curso a la idea de mudarse para trabajar. La otra, y no menor, tiene que ver con que en el club consideran que muchos de los campos de juego que hay en algunas de esas provincias no son aptos para el entrenamiento en alto rendimiento, si hasta pueden representar un peligro para los futbolistas (y mucho más después de cuatro meses laburando por Zoom). Y que además, tampoco hay demasiados predios que cuenten con varias canchas para poder entrenar todos juntos al mismo tiempo, pero separados en grupos pequeños respetando las medidas de prevención. Incluso, cuando tuvo que ir a jugar dos amistosos a San Juan con diferencia de dos días entre ellos, decidieron ir y volver en un vuelo chárter.
Otro de los motivos por el que el plantel de Russo permanecería en Buenos Aires es porque sabiendo que en algunos de los lugares que le ofrecieron el tráfico de gente es cada vez mayor y la cuarentena ya es casi historia, ¿qué pasaría en la puerta del hotel donde se hospede Boca? ¿Se juntará una multitud a recibir a sus ídolos? ¿Cómo se controla eso? ¿Y si sucede y se genera un problema mayor como tener que retroceder alguna fase de prevención? Aunque no parezca, eso también es algo que hoy está en la cabeza de los que toman las decisiones en el club.
Por eso en Boca consideran que el Complejo de Ezeiza es lo mejor, obvio: está aislado de la sociedad y tiene 13 canchas en las que podrían entrenar todos al únisono y separados en grupos menores. Ahora bien, ésa es la postura con este escenario actual, distinto sería el caso -se cree- si después del 17/7 no se resuelve nada, sigue todo como hasta ahora y los entrenamientos continúan sin fecha confirmada. Ante eso, y a sabiendas que el inicio de la Copa (el 17/9 para el Xeneize vs. Libertad en Paraguay) no va a cambiar, ahí sí Boca y Russo ?podrían considerar la idea de ir a entrenarse al Interior, pero únicamente ahí.
Y hasta sería entendible, ya que Boca es el único equipo del Grupo H que todavía no volvió a entrenar. Todos sus rivales le llevan mucha ventaja en cuanto a los trabajos, tanto Independiente Medellín y Caracas ya practican juntos y en un campo de juego, y Libertad no sólo ya jugó dos amistosos, sino que el 18/7 reanudará el torneo oficial paraguayo y llegará con ¡dos meses! de competencia encima al inicio de la Copa. Por todo esto, el Xeneize y Miguel esperan para mudarse, pero si todo sigue igual.