Apenas dos minutos le bastaron a Boca para abrir un encuentro que parecía complicado en la Bombonera. Como local, el conjunto de Rodolfo Arruabarrena le ganó 3 a 0 a Estudiantes con dos goles en el primer tiempo casi consecutivos de Cristian Erbes y Daniel Osvaldo, y otro de Franco Cristaldo en la segunda mitad. Así, quedó como escolta del líder San Lorenzo, a un punto. El conjunto platense terminó con 9 por las expulsiones de Matías Aguirregaray u de Carlos Auzqui.
Esa ráfaga del final del primer tiempo le permitió a Boca cambiar el partido. Porque hasta los 38 minutos del primer tiempo, el dueño de casa presionaba pero carecía de claridad en los metros finales.
Y Estudiantes, ordenado, se las había ingeniado para tener la más clara hasta entonces. A los 16 tras el centro del Leonardo Gil, el cabezazo de Diego Vera pegó en el palo. Mientras tanto, Chávez siempre llegaba incómodo al arco de Hilario Navarro.
Sin embargo, el partido se destrabó gracias a un derechazo de Erbes. El volante de Boca le pegó desde afuera del área. Y aunque su tiro no fue muy esquinado, fue suficiente para meterse por arriba del manotazo del arquero visitante.
Menos de dos minutos después, Osvaldo estiró la ventaja: Carrizo condujo la jugada, la abrió para Pablo Pérez, quien tiró un centro atrás preciso por abajo para la llegada del ex Inter, quien llegó de frente al arco y desató otro festejo.
El doblete de Boca hizo merma en Estudiantes y dejó al local espacios. Sólo las imprecisiones de los atacantes hicieron que la diferencia no fuera mayor por el comienzo del complemento.
Además, las expulsiones del conjunto platense hicieron que el tramo final del encuentro estuviera de más. Estudiantes se quedó con 10 a los 19 por una infracción de atrás de Aguirregaray a Erbes. El lateral estaba amonestado y agarró al de Boca de la camiseta. Cinco minutos más tarde, Carlos Auzqui bajó violentamente a Carrizo y también vio la roja.
Sobre los 34, con todo definido, Cristaldo, quien había entrado por Pablo Pérez, convirtió su primer gol oficial luego de una buena jugada colectiva. Para ese momento, el resultado final era la única incógnita en un partido que parecía complicado pero que terminó en goleada.