No fue la noche que esperaba. Ni cerca de lo que imaginaron hinchas y jugadores, que se ilusionaban con un triunfo para encaminar la clasificación a octavos de final. Pero Boca se enredó en sus propias limitaciones y perdió 2-0 como local ante el Palmeiras por el Grupo H de la Copa Libertadores.
El Xeneize fue más que su rival en el desarrollo, pero no pudo concretar las aproximaciones que tuvo (más allá de convertir dos goles en posición adelantada). Es decir, el local fue más de lo que viene mostrando en este semestre: un equipo que va a los ponchazos y mucha veces es salvado por sus individualidades.
En los antecedentes por Libertadores, Boca nunca había perdido de local contra Palmeiras: le ganó 2-1 en 1994 y empató 2-2 tanto en el año 2000 (en la final) como en 2001 (en la semi).
Así, el Palmeiras llegó a los diez puntos y logró la clasificación a octavos de final en el Grupo H, seguido del Xeneize con cinco, Junior de Barranquilla con tres y Alianza Lima con uno. El próximo jueves 3 de mayo, Boca viajará a Colombia para enfrentarse con el Junior -jugará este jueves 26 también en casa ante el equipo peruano- y deberá rescatar al menos un empate para no sufrir en la última fecha, cuando recibirá al conjunto limeño.