Anote: 18 de marzo del 2015. El día en el que Lionel Messi volvió a demostrar que es uno de los mejores jugadores de la historia, con una actuación descollante y en una instancia siempre compleja. La Pulga, con su rendimiento, deleitó a sus fanáticos más fervientes e hizo arrodillar a aquellos pocos detractores que aún resisten ante la habilidad del rosarino.
El rival de la Vuelta de Octavos de Final de la Champions League fue el Manchester City, aunque más bien su pelea personal la vivió con Joe Hart, el único hombre dentro del campo de juego que pudo eclipsar un poco su genial día. Barcelona, con un 2-1 en el bolsillo en la Ida, se presentó en el Camp Nou con la tranquilidad de tener medio boleto a Cuartos de Final asegurado y casi que no puso en peligro su condición.
Más allá del 1 a 0 que gritó Rakitic (pase de Messi, obviamente), lo de la Pulga fue fenomenal y logró llevarse todas las miradas, más allá de las presencias de Javier Mascherano, Martín Demichelis y Sergio Agüero, quien padeció demasiado la escasa ambición de los suyos y se fue a casa con un penal errado.
Aunque muchos en el 'Camp Nou' se preguntaron si en el césped hubo algún otro jugador. Lionel hizo todo: tocó, jugó, ejecutó y se bancó las crueles patadas de los rivales. Le faltó el gol, es cierto, pero será simplemente una apostilla en el recuento final, porque el rosarino estuvo encendido de verdad. El mejor ejemplo se dio a los 30 minutos del partido, cuando en campo propio hizo quedar en ridículo a James Milner con un caño que casi derrumba el estadio por los aplausos de los hinchas y generó la emoción de Josep Guardiola.
Al igual que en la temporada pasada, el Barça dejó en el camino al City en los Octavos de Final y ahora espera ilusionado por un rival en Cuartos de Final, en el sorteo que se dará el viernes. Mientras tanto, claro está, se entusiasma con levantar su 5ª orejona, comandada por el enorme nivel de Messi.