REDACCIÓN ELONCE
En 2024, el consumo de carne vacuna en Argentina alcanzó su nivel más bajo en 28 años, con una disminución del 11,2%. Este descenso sitúa el consumo per cápita en 47,2 kilos por persona al año, lo que revela una tendencia preocupante. ¿Qué factores están detrás de esta caída histórica?
La inflación y la pérdida del poder adquisitivo jugaron un papel fundamental, ya que muchos argentinos optaron por alternativas más económicas como el pollo y el cerdo. Sin embargo, ¿es únicamente una cuestión de precios o también influye un cambio en los hábitos de consumo?
A pesar de que la faena de hacienda alcanzó niveles récord en octubre y la producción de carne aumentó a 290.000 toneladas, el consumo interno sigue cayendo. ¿Por qué, con una oferta mayor de carne, el consumo en el mercado local disminuye?
En las carnicerías, aunque el precio de la carne se ha mantenido relativamente estable, los ingresos de los consumidores no han logrado recuperar los niveles de consumo previos. ¿Es esta caída solo una consecuencia de los precios, o también está relacionada con la inaccesibilidad de los salarios frente al aumento del costo de vida?
El descenso en el consumo de carne refleja un cambio en los hábitos alimenticios de los argentinos. ¿Se trata de una tendencia perdurable o de un fenómeno temporal debido a la crisis económica? ¿Qué alternativas pueden adoptarse para incentivar el consumo de carne local en este contexto económico desafiante?
Para hablar de este tema, visitó El Ventilador, que se emite martes y jueves de 21:30 a 23:00 horas por Elonce, Emanuel Sattler, productor ganadero y empresario del rubro de carnicería.
Bajo su punto de vista, “la demanda ha caído en lo que va del 2024 no por un aumento del precio de la carne, sino por un ingreso disponible menor que tiene la familia. El poder adquisitivo de la gente ha disminuido con la devaluación, el reacomodamiento de precios relativo en cuanto a tarifas. Eso hace que tenga menos poder adquisitivo para comprar carne vacuna. En eso está la pelea de ir recomponiendo ese poder adquisitivo para que tengan mayor poder de compra”.
“Siempre en el mercado ganadero influye muy poco el tema del dólar. Es más por un tema de oferta y demanda y de expectativa o rentabilidad. El ciclo ganadero tiene tres fases: el de la cría, una fase de terminación o de engorde, donde da el producto final para la comercialización. De un lado tenés la oferta y del otro la demanda. Cuando se unen la oferta y la demanda, se da el precio. En lo que va del año, la carne solo ha aumentado un 35% contra una inflación del 107%, pero la gente opta por opciones más económicas”.
Además, aseveró: “Es una película que dura dos a cinco años. Lo que hoy estamos viendo es la película de hace dos años, que empezó con una sequía en 2022, que además de ser intensa se prolongó en el tiempo. Eso hizo que el primer eslabón –la producción de terneros- caiga. En el medio está quien termina esa hacienda, donde justo cuando ese proceso se da, se produce una sobreoferta porque al no haber pasto en el baño, lo que hace es vender el ternero y retener la fábrica, que sería la vaca. Con la sobreoferta, bajan los precios y ante una demanda que aún estaba alta, los márgenes hicieron que el filotero tenga rentabilidad, compre y se llegó a un nivel máximo de encierro con mucha cantidad de animales en fase de terminación. Toda esa oferta se vuelca al mercado en lo que va del año”.
Javier Aragón, por su lado, expuso que a través de un informe las ventas han comenzado a crecer en los últimos dos meses: “En relación a la pizza o al helado, es más barato (la carne) y no va a aumentar tanto porque aumentará la demanda”.
“Lo que hay que preguntarse no es si se compra menos carne, sino qué compra la gente cuando no compra carne. Porque esta tendencia de comer saludable, ¿realmente hay gente que está comprando carnes y verduras, que tampoco está tan barata, o está comprando arroz y fideos? También hay que ver a dónde va ese consumo”, señaló Danisa Todoro.
Nahuel Baridón consultó al invitado sobre los hábitos de consumo y las cantidades de la sociedad. Al respecto, Sattler contestó: “Lo que más quería resaltar es que la gente cuando ve un desfasaje de precio, enseguida lo castiga. Lo penaliza y se va a un sustituto. Puede ser carne de pollo o de cerdo, pescado o huevo. La gente busca alternativas de nutrición, pero también es un tema cultural”.
Asimismo, el productor ganadero ahondó que “el pollo ha ganado terreno” en los últimos años ante el incremento del costo de la carne vacuna.
Valeria Girard refirió, a través de una investigación, que “la venta bajó entre un 30 y un 40% este año”. Por tal acotación, Sattler volvió a recalcar: “Es un tema de oferta y demanda. Si subió un tipo de corte, te va a bajar otro”.
Andrea Venturini, a su turno, interrogó: “¿Esta conducta interna de la baja de consumo de carne tiene incidencia en la exportación?”. El invitado afirmó: “No tiene nada que ver. La demanda interna juega un papel totalmente independiente a la exportación. Este año venimos batiendo récord de exportación”.
“Hoy la familia hoy no va y te dice dame un kilo, dice dame cinco mil pesos y baja la cantidad”, sostuvo Todoro. Alejandro Abero, en cambio, trajo a colación la palabra del presidente Milei, donde recordó que dijo que “el sueldo básico de un argentino es de 1.100 dólares, lo había levantado a 1.100 dólares. Antes era de 300 dólares”. Asimismo, comentó que en diciembre del 2023 la pobreza llegaba al 41,7% con Alberto Fernández, mientras que ahora es del 52,9% tras el primer semestre. Por tal motivo, reflexionó: “No tenes dinero para comprar carne”.