Nadie quiere nombrar la palabra revancha, todo integrante de la Selección -ya sean jugadores, futbolistas o dirigentes- prefieren esquivar dicho rótulo. Lo intentan catalogar como una nueva oportunidad, la cual intentarán aprovechar para sacarse el karma que persigue a este grupo, el cual nunca pudo alzarse con un título pese a contar con un sinfín de figuras.

Con Alejandro Sabella se quedó en las puertas del Mundial de Brasil 2014; y al año siguiente -ya con Gerardo Martino- sucumbió en la definición contra Chile, justamente su rival de turno para el debut de la Copa América Centenario. La Albiceleste sabe que no puede fallar y que su objetivo es uno solo: volverse con el trofeo a su casa.

En medio del contexto incierto que atraviesa la Asociación del Fútbol Argentino, sumado algunas lesiones de peso, el panorama no parece ser el ideal. Lionel Messi llega en duda hasta último momento por el golpe en la columna sufrido ante Honduras, pero se estima que descansará. Los otros que estarán alentando desde las gradas, por diversas lesiones musculares, son Lucas Biglia, Javier Pastore y Ezequiel Lavezzi.

Para este compromiso, el Tata apostará por darle rodaje a Gabriel Mercado -Pablo Zabaleta se quedó afuera de la lista por un problema en el tobillo- y tendrán la oportunidad de mostrarse Augusto Fernández y Nicolás Gaitán. El del Colchonero sustituirá al hombre de la Lazio, mientras que el del Benfica tendrá la pesada carga de intentar hacer olvidar a la Pulga.

La Roja, en cambio, muestra una versión diferente a la que logró su primer título. Luego del alejamiento de Jorge Sampaoli, asumió Juan Antonio Pizzi, quien acarrea tres derrotas en cuatro presentaciones. Una de ellas fue contra Argentina, por las Eliminatorias Sudamericanas (2 a 1 en Santiago, con goles de Di María y Mercado). Más allá de esto, cuentan con varios hombres en enorme nivel, como Claudio Bravo, Arturo Vidal y Alexis Sánchez.