El partido se desarrollará en el Palacio de los Deportes de la ciudad de Madrid, con capacidad para más de doce mil personas, y empezará a las 22.00 local (17.00 de Buenos Aires). Trasmitirán la TV Pública, DeporTV, TyC Sports y DirecTV.
El ganador de esta llave se medirá en cuartos de final con el vencedor del partido que protagonizarán Serbia y Grecia, previsto también para mañana.
Más allá de las características de clásico que asume el duelo entre las dos máximas potencias del continente, el condimento extra del choque está dado por el carácter de eliminatorio.
Además, el elenco nacional tiene una racha favorable de 3-1 en los últimos cotejos oficiales que asumió frente al combinado verdeamarelho. Justo en coincidencia con el hecho de que el cordobés Rubén Magnano, campeón olímpico con la Argentina en Atenas 2004, está al mando del elenco brasileño.
El representativo albiceleste se impuso por 93-89 en el Mundial Turquía 2010, también en octavos de final; repitió por 80-75 en la final del Preolímpico Mar del Plata 2011 y consumó otro triunfo inolvidable (82-77) en los Juegos Olímpicos Londres 2012.
El único éxito brasileño en competencias oficiales se dio también en Mar del Plata, en la etapa de clasificación, por 73-71.
El equipo de Julio Lamas obtuvo en este Mundial, con un saldo de tres triunfos y dos derrotas, el tercer puesto en la zona B (se jugó en Sevilla), ubicándose debajo de Grecia (5-0) y Croacia (3-2).
Por su lado, Brasil ocupó la segunda colocación en el grupo A (sede en Granada), con un registro de cuatro triunfos y una sola caída (ante la local España).
A la vista de los antecedentes inmediatos la sensación generalizada que invade a los especialistas indicaría que Brasil "llega mejor" que la Argentina y asume, por primera vez, un favoritismo que en otras contiendas no tenía.
El técnico Magnano, sin embargo, desestima esa impresión de que su equipo está un escalón por arriba: "No somos favoritos somos competidores", dijo el cordobés.
Para el DT del equipo brasileño "el partido será muy complicado" y el pequeño hándicap que tendría el conjunto que dirige estriba en el hecho de que "Argentina tiene jugadores de calidad pero que no hicieron un curso acelerado de experiencia en competencias internacionales", lo que le podría otorgar una ligera ventaja a sus dirigidos.
"Es un clásico rival. El duelo lo queremos ganar y es un juego que tiene un un pre y post partido. Estamos acostumbrados a esta situación y me genera esa adrenalina", sostuvo, por su parte, el técnico Lamas.
"Aunque reconozco que si el partido fuese un cruce contra Serbia, me daría lo mismo, ya que estamos en una eliminatoria mundialista y tiene una gran importancia", apuntó el DT del elenco argentino.
El conocimiento mutuo de los jugadores de ambos equipos genera para Lamas que los dos "sepan los puntos fuertes y débiles de cada uno. Eso va a imperar en el partido de mañana", pronosticó Lamas.
"Nuestro objetivo es arrancar bien y tratar de mantener la idea de juego lo máximo que se pueda", consideró el técnico argentino.