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Argentina perdió frente a Brasil y se despidió del mundial

Cayó por 85 a 65. Tras un buen comienzo con mucha efectividad en los triples, el equipo nacional se fue desdibujando. Así, los dirigidos por Rubén Magnano dominaron en todos los aspectos del juego y dejaron sin respuesta a los argentinos

7 de Septiembre de 2014
Argentina se despidió del mundial a pesar de un buen primer tiempo.
Argentina se despidió del mundial a pesar de un buen primer tiempo.
Argentina se despidió del mundial a pesar de un buen primer tiempo.
Argentina se despidió del mundial a pesar de un buen primer tiempo.
Argentina se despidió del mundial a pesar de un buen primer tiempo.

La parada era complicada porque esta vez Argentina no llegaba como candidato al duelo con Brasil. Por más que la historia reciente marcara una paternidad, el presente del equipo dirigido por Rubén Magnano fue determinante para que a la Selección Nacional se le terminara su camino en el Mundial de España en los octavos de final. El tiempo dirá si fue el último torneo de los integrantes de la Generación Dorada.

 

Fue 85-65 para Brasil, que seguirá su camino en este torneo. En el camino, por un lugar en las semifinales, lo espera Serbia, que venció a Grecia.

 

Ambos equipos le dieron una vuelta de rosca a la defensa y sus técnicos cambiaron sus alineaciones titulares. Leonardo Gutiérrez fue por primera vez parte del quinteto inicial y defendió a Anderson Varejao. Nada menos. Así Andrés Nocioni comenzó como alero ante Marquinhos y Luis Scola quedó emparejado con Tiago Splitter.

 

Si el cuarto inicial fue para Argentina por 21-13 fue por su efectividad desde el perímetro, con 5-9 triples, tres de los cuales vinieron de la mano de Pablo Prigioni, uno de Gutiérrez y otro de Facundo Campazzo. Brasil, en cambio, tuvo mala fortuna en sus lanzamientos externos porque algunos de sus triples “entraron y salieron”, literalmente. El equipo de Rubén Magnano no encestó ninguno de sus cuatro lanzamientos desde más allá de la medialuna y lo pagó.

 

Porque después de una racha de 6-0 que armó Brasil para el 10-8 parcial, Campazzo comenzó a vestirse de diablillo y con un doble sobre Tiago y un triple adelantó a la Argentina. Y entonces Pablo Prigioni dijo presente con dos triplazos para que la Selección sacara ocho tantos de diferencia.

 

Pronto el equipo se comenzó a cargar de faltas y por eso debieron salir Scola y Nocioni. Defensivamente se iban a sentir sus ausencias contra los internos altos de Brasil, pero Argentina buscó suplir sus ausencias de la mejor manera. Marcos Delía anotó un doble al lado de Nené, todo un reto para el pivote, y la Selección se puso 27-20. Pero entonces aparecieron los anotadores menos pensados de Brasil.

 

Guilherme, que venía anotando 4 puntos de promedio por partido, en un ratito nomás clavó 7, con dos triples y un libre. Y Larry Taylor sumó cuatro, por lo que Brasil de repente quedó a un doble (29-27). Campazzo seguía haciéndose el terrible en el estadio donde jugará los próximos tres años para Real Madrid, aunque se le iba la mano tirando.

 

Scola pedía desde el banco que agarraran la pelota. Pero, se sabe, la naranja quema en partidos a suerte y verdad como el de anoche. Son duelos para pocos. Para esos jugadores que tienen temple y corazón. El mismo corazón que se sacudió con un bombazo de Gutiérrez desde la tribuna más o menos y con dos libres de Prigioni con los que Argentina volvió a sacar 7 tantos (34-27) a 1m43 del final del primer tiempo.

 

Claro que Brasil, aprovechando las faltas del equipo nacional, tuvo un mejor cierre de la etapa inicial electrizante y llegaron 36-33 al segundo tiempo. Nada decidido, aunque Argentina debía cuidarse de las faltas por la menor rotación de su plantel.

 

Si bien llegó al entretiempo ganando 36-33, la Selección se encontró con un tercer cuarto absolutamente cuesta abajo, un poco por malas decisiones, otro poco por la presencia (ahora sí) del juego interior brasileño y otro tanto porque el rival aprovechó las faltas personales que complicaban a los argentinos. Al cabo, ese tercer cuarto fue decisivo en el desarrollo del partido.

 

No tenía ofensivas claras la Selección y cuando la bola no entraba por alguna decisión apresurada o incómoda, Brasil castigaba con creces. Walter Herrmann acercó a la Argentina a tres puntos (51-47), pero fue un espejismo porque cada vez que los brasileños encaraban el aro anotaban a través de Neto o de Tiago, gracias a los rebotes de Varejao, sacrificado en pos del equipo. Y así Brasil sacó 10 de diferencia (57-47).

 

No pudo levantar su nivel Argentina en el arranque del último cuarto y en apenas 1m45 Brasil pasó de ganar por 8 a ganar por 13 con un doble largo de Marquinhos. Brasil era más por donde se lo mirara y el partido, de a poco, se escurría de las manos. El hincha argentino, bien basquetbolero, estaba anímicamente demolido y no podía siquiera cantar un verso.

 

Con la mano inesperada de Neto, Brasil se adelantó 73-55 a 4m35 del final y desmoronó cualquier intento de remontada. Había llegado el turno de que Brasil al fin le pudiera ganar a la Selección por un torneo internacional de calibre. Habían esperado demasiado. Y con un equipo experimentado y más largo, se dieron el gusto.

 

Para los argentinos les quedó la ovación de la despedida del final. El agradecimiento del hincha por lo conseguido en los últimos 13 años. Y la verdad irrefutable de que en la Selección Nacional comenzará un nuevo ciclo.

Selección Argentina de Básquet