Cada vez son más los sitios que promocionan juegos online fuera de la ley, impactando negativamente en niños y jóvenes. Recientemente, famosos e influencers que cuentan con millones de seguidores quedaron involucrados en una causa por apuestas ilegales tras promocionar estas plataformas en sus redes.

A nivel provincial, la Legislatura y el Concejo Deliberante trabajan en proyectos para reglamentar las apuestas online en Entre Ríos e impulsar campañas de prevención. ¿Son estas medidas suficientes para proteger a nuestros jóvenes? ¿Cómo podemos garantizar que sólo los mayores de edad participen en este tipo de actividades?

Un estudio revela que las apuestas online afectan a 4 de cada 10 jóvenes en el país, generando graves consecuencias para su salud mental. ¿Cómo impacta este fenómeno en el desarrollo emocional y psicológico de nuestros jóvenes? El relevamiento muestra que casi todos los jóvenes conocen estas prácticas y un 40% apostó recientemente, siendo más prevalente entre hombres.

Tres de cada cuatro apostadores dedican hasta dos horas diarias a esta actividad, y el 30% experimenta ansiedad al no poder apostar. ¿Qué estrategias se pueden implementar para reducir esta dependencia?

En promedio, apuestan dos de cada tres pesos que reciben de sus padres. Y el 75% de ellos tiene amigos que también lo hacen. Las apuestas online, accesibles las 24 horas, representan un riesgo significativo para la salud mental de los jóvenes. ¿Estamos realmente preparados para abordar este problema?

El tema fue debatido en el programa El Ventilador, que se emite martes y jueves a las 21.30 por Elonce y Elonce Radio & Stream FM 98.7.

Berbara: "Está afectando al rango de edad de 15 a 18 años"

El Dr. Carlos Berbara, psiquiatra, especialista en Salud Mental, explicó que “cada vez más se ven estas situaciones en personas jóvenes. Últimamente está afectando el rango de edad entre los 15 y los 18 años. Antes la ludopatía era un evento característico de consulta de personas adultas, mayores de edad, personas que a veces tenían dificultades familiares, económicas. En los últimos años se viene viendo que la edad va descendiendo de una manera preocupante”.

El profesional resaltó que se está debatiendo “hasta dónde podemos llamar acto lúdico a la apuesta clandestina, cuando lo lúdico se asimila a una actividad de juego. Es una actividad muchísimo más compleja, con ciertas aristas, incluso sociabilizantes en el desarrollo socioeducativo y de crecimiento mental de los niños y jóvenes. Esto claramente no conduce en ese aspecto”.

Comentó que los más jóvenes ingresan al mundo de las apuestas por “publicidad, promoción, influencia de pares y netamente por el rédito económico y la gratificación imaginaria que propone el juego”. En ese sentido, dijo que “en cualquier núcleo social en el cual hoy se muevan nuestros jóvenes, adolescentes y niños, seguramente vamos a tener algún comentario de que algún vínculo directo está en este tema".

Un problema, no un juego

El conductor del programa, Washington Varisco, le consultó respecto a cómo abordar el tema familiarmente, ya que consideró que “quizás la primera reacción puede ser un reto, un asombro, pero cómo hacer para que esa advertencia genere una situación positiva de salir. Los menores no pueden apostar”.

Al respecto, Berbara señaló que “la voz de alerta tiene que ir por la definición clara de que esto es un problema. Puede ser un problema menor, moderado o mayor, pero una vez que el niño y joven toma contacto con el mundo de las apuestas, ya estamos con un problema dentro de casa. Lo primero que tenemos que hacer es definirlo con esa característica y hacernos cargo de esa situación con herramientas resolutivas. Bajo ningún punto de vista podemos subestimar esta situación, como si fuera un juego, distracción o diversión”.

Por su parte, el periodista Javier Aragón comentó que consultó en organismos educativos, como el CGE, y gremiales, como Agmer, si hay estadísticas al respecto y le indicaron que “no hay”. Además, consultó que si este problema está vinculado con el aumento de la pobreza.

En ese sentido, Berbara informó que “atraviesa todas las clases sociales y económicas. Tiene más que ver con una conducta de compulsión hacia la gratificación inmediata, que es un eje de conducta social fundamentalmente transversal. Siempre vamos muy atrás de las evidencias y estadísticas y más aún cuando no se ha producido la legislación necesaria, que va un paso atrás de los condicionantes sociales”.

Mayor acceso a lo virtual y digital, uno de los factores

La abogada Corina Beisel, consultó si “se pudo identificar un punto de quiebre entre la figura del antiguo ludópata, que incluso era declarado el pródigo en sede civil para evitar que dilapide sus bienes y quede en la extrema pobreza, que era una persona adulta, y el actual paciente, más joven en edad. ¿Por qué se ha dado este cambio en este padecimiento de salud mental?”.

El profesional explicó que “hay muchas variables en juego. En los 90´, aproximadamente, se empieza a hablar desde la OMS de las ludopatías en general, en el mundo adulto. Ahora influye mucho lo digital, lo virtual, el acceso último a billeteras digitales, que los jóvenes puedan manejar un cierto número económico que escapa al registro y control de los adultos, o dinero que no es físico”.

En ese sentido, el conductor Washington Varisco aportó que “antes para entrar a un casino a apostar tenías que ser mayor. Ahora, desde el celular, cualquier persona, incluso los menores, ingresan a un sitio a apostar”.

El sociólogo Nahuel Baridón le consultó al profesional si encuentran alguna vinculación entre lo que ocurrió en el tiempo de pandemia y la actual problemática de ludopatía en los jóvenes. En ese sentido, Berbara destacó que “lo que hubo allí fue un vuelco prematuro hacia el universo de lo virtual, que se multiplicó por mil respecto a lo que venía siendo la era pre-pandemia. Por su puesto muchas veces la realidad nos plantea situaciones de cambio y transformación, como fue durante la pandemia. Fue una situación inevitable frente a la cual nos tuvimos que defender, sobre una situación que se desconocía. Depende cómo uno acompaña ese proceso frente a lo desconocido los resultados que tenemos. Mucha gente fue expuesta a ese universo de la conectividad y virtualidad y hoy se ha volcado a estudiar alguna ingeniería en informática o programación, o ha ampliado su círculo social porque aprendió a manejar circuitos de comunicación. Aquel que no tuvo una tutoría o monitoreo probablemente pudo haber caído en estas redes, que también están en este universo virtual, esperando para captar a un sujeto vulnerable y aprovecharse”.

Abordar la situación: el trabajo en la Legislatura y en las escuelas

Por su parte, el periodista Alejandro Abero, expresó: “Hoy hubo reunión de comisión en Diputados donde trataron dos proyectos, lo hicieron junto con gente de Salud, de IAFAS y demás. Diputados de Entre Ríos vienen trabajando hace bastante en la construcción de algo, para tratar de generar una ley que intente controlar este tipo de patologías. Gente de IAFAS me contó que cuando sale algún tipo de ley que regula el juego oficial, lo que hace es que automáticamente la gente pase al ilegal. En la provincia, me comentaron, estamos en un 80% de juego ilegal, es decir la gente apuesta en plataformas ilegales, y 20% legal. Toda plataforma que sea .com.ar es ilegal, ya que no tienen la validación de la edad, es decir, si tenés 8 años jugás igual. Las legales son las que terminan en .bet”.

En otro sentido, Berbara explicó que “las normas de civilidad de crecimiento, desarrollo, autonomía e independencia en una persona son fundamentales para que el sujeto se pueda constituir como adulto responsable. Más allá de control del niño o joven hay que hablar de ciertas normas”.

Remarcó que “las consecuencias de apostar pueden ser catastróficas o pueden ser moderadas. Se puede percibir una declinación en el estado anímico o que ese joven va perdiendo sentido de gratificación con las actividades que antes le generaban distracción, diversión, entretenimiento, como el deporte, leer, la música, el cine, el arte, etc. Hay que estar muy atentos allí. La clave es nuestra presencia, la presencia del mundo adulto intercambiando y manteniendo un canal de diálogo permanente con esos jóvenes. Eso nos va a ir dando señales de que algo no está andando bien. Si repreguntamos y hablamos con su círculo, tendremos información. Ahí se encienden las luces de alerta porque estamos ante un problema y nada mejor que asesorarse con profesionales para resolverlo”.

La periodista Valeria Girard, aportó que “estuve hablando con profesores y es un tema que en las escuelas no se trabaja tanto. En los días institucionales, de hecho, se trabaja mucho ESI y otros temas, pero no el de las apuestas. ¿Qué recomendaciones se les pueden hacer a las instituciones educativas? porque el problema está, hay chicos que apuestan en los recreos y en muchas instituciones el teléfono está permitido”.

Berbara señaló que “tenemos que informarnos, convocar a los profesionales que se dedican a estos temas y por más que no tengan que ver con el proceso educativo, técnico de la currícula del alumno, si ponerlo en el nivel de jerarquía que corresponde. No podemos estar viendo un problema y hacer como que no lo estamos viendo”.

La docente Yohanna Fucks, por su parte, opinó que “más allá de que tenemos normativas, muchos docentes tenemos el compromiso de que todas las problemáticas sociales que atraviesan a los jóvenes las traemos al aula, las ponemos en manifiesto y las debatimos. Claramente debe haber una normativa que avale para que ningún docente empiece a tener complicaciones referido a esto”.

Riesgos para la salud mental

En ese marco, Berbara recordó los riesgos que tienen las apuestas ilegales vinculados a la salud mental: “uno es la confusión que puede provocar este tipo de exposición en los jóvenes en lo que respecta a los núcleos de gratificación. Neuroquímicamente tenemos ciertas gratificaciones en nuestro cerebro y organismo con determinadas acciones y actividades. Cuanto más elaboradas sean, cuanto más esfuerzo requieran, generalmente requieren mayor tutoría. Por ejemplo, para tener una habitación ordenada hay que trabajar: ordenar el placard, limpiar el piso, hacer la cama. Eso trabajoso requiere de la tutoría de un adulto enseñándonos lo gratificante que eso puede llegar a ser. Lo mismo ocurre con cocinar algo rico, que requiere muchísimo más esfuerzo que agarrar el teléfono y hacer un pedido. Las apuestas ilegales conllevan a una fantasía de gratificación inmediata sobre algo que se ha sobrevalorado y tiene que ver con el dinero, como si eso garantizaría un cierto acceso y felicidad. El problema es que ese joven que se educa bajo ese proceso va desarrollando una percepción del mundo que tiene que ver con gratificaciones falsas”.

El periodista Exequiel Flesler, por su parte, consultó si toda práctica o uso de distintas apuestas o juegos es patológica. “No todo es patológico”, comentó Berbara y aseguró que “si tiene que haber regulación. Felicito a los integrantes del estado que están identificando esto como un problema y están generando una normativa”, finalizó.

Tratamiento y prevención

Sobre en qué consiste un tratamiento para abordar este problema, el especialista explicó: “en principio tenemos que llegar a un buen diagnóstico. Ver si hay algo detrás de ese comportamiento o es el comportamiento lo que llevó al sufrimiento. En el caso de que el comportamiento de la ludopatía haya llevado al sufrimiento, tenemos que retrabajar todo el sistema de gratificación y esfuerzo que ese sujeto lleva adelante en su vida para favorecer y reemplazar la gratificación de la ludopatía por otras actividades que sean saludables y deben llegar al mismo nivel de gratificación que produce la ludopatía”.

“Epidemiológicamente la clave es prevenir. No tenemos que esperar a que llegue el problema a casa para hablarlo. Es un problema que está en nuestro contexto social, se habla, se plantea. Preguntarle qué piensa, cómo lo ve, no hay que tener temor de hablar de estos temas”, finalizó. Elonce.com