Amor pese a la diferencia de edad. La historia de Gisela y Damián parece desmentir los prejuicios que suelen rondar las relaciones de parejas con una diferencia de edad considerable. A pesar de las críticas, los estigmas sociales y los obstáculos que enfrentaron desde el comienzo, ellos demostraron que el amor puede ser genuino y perdurable, independientemente de lo que piense la sociedad.

Según la terapeuta de parejas y sexóloga Laura Enríquez, “si el amor es el común denominador de una relación sana, todo es válido”.

Este principio parece haberse materializado en la relación de Gisela, de 24 años, y Damián, de 45, quienes se conocieron cuando ella tenía solo 17 años. En ese entonces, su vínculo fue breve, ya que, al enterarse de la edad de Gisela, Damián decidió cortar el contacto: “Nos encantábamos, no podíamos parar de hablar, conectamos tanto que me bloqueó”, recuerda ella.

Otra oportunidad

Sin embargo, el destino les tenía preparada otra oportunidad. Dos años después, se volvieron a encontrar, cuando Gisela ensayaba para el carnaval de Santa Fe y Damián era fotógrafo del evento. Durante esa cita, Gisela le preguntó directamente: “¿Por qué me bloqueaste?”. La respuesta de Damián fue clara: “Porque valoro mucho mi libertad”.

A pesar de la diferencia de edad y los comentarios de su entorno, ambos sintieron un inmediato “flechazo” y, apenas después de la quinta cita, ya estaban viviendo juntos.

Desafíos y prejuicios: las dificultades de una relación diferente

El amor de Gisela y Damián no estuvo exento de críticas y juicios, sobre todo debido a la diferencia de edad. “Nos hicieron la vida imposible. Mis amigas y mi familia, también. Nos quedamos solos un buen rato. Su familia estaba convencida de que solo era un amor de carnaval y ya vamos por el séptimo juntos”, contó Gisela. Las personas que rodeaban a la pareja no tardaron en manifestar sus dudas y prejuicios. Según la joven, todos “nos hicieron sentir siempre que nos querían separados”.

Estos cuestionamientos no solo vinieron de amigos y familiares, sino también de completos desconocidos. Gisela recordó una situación que le resultó particularmente dolorosa: “Una vez entramos a un supermercado y su vecina, que llevaba 40 años viviendo en la misma cuadra, le preguntó delante de mí: ‘¿Es tu hija, Damián?’”.

Esta situación fue solo un ejemplo de las crueles reacciones que ambos han tenido que enfrentar. “En las redes sociales son mucho más crueles”, añadió Gisela, evidenciando cómo la opinión pública en plataformas digitales a menudo resulta despiadada.

A pesar de todo esto, Gisela y Damián siguen juntos, demostrando que el amor verdadero no está determinado por la edad, sino por el respeto mutuo y el deseo compartido de construir una vida en común. “Las personas que más se opusieron a nuestra relación fueron hombres y mujeres que querían lo que nosotros tenemos. Hay que ser muy valiente para ser feliz”, concluyó Gisela.

El amor genuino frente a los estigmas sociales

El caso de Gisela y Damián pone en evidencia uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan muchas parejas: los prejuicios sociales. En palabras de la sexóloga Laura Enríquez, las parejas como la de Gisela y Damián “nos recuerdan que no hay una fórmula única para el amor”.

“Creen que no es posible que sea amor, que es oportunismo, nunca son vínculos genuinos. Soy la pendeja interesada y la persona joven es el colágeno”, expresó Gisela, destacando cómo las etiquetas suelen ser impuestas a las relaciones con grandes diferencias de edad. Sin embargo, para ellos, lo más importante sigue siendo el amor que se tienen y la vida que han logrado construir juntos.

Hoy, Gisela y Damián continúan demostrando que, a pesar de las adversidades y los prejuicios, el amor verdadero no entiende de edades ni de expectativas sociales. Al fin y al cabo, como bien lo explica Laura Enríquez, “si el amor es el común denominador de una relación sana, todo es válido”. (Con información de TN)