El ex entrenador de Boca, Abel Alves, reveló detalles de lo que fue comandar al equipo Xeneize con un vestuario dividido entre dos de los ídolos más importantes de la historia del club como lo son Martín Palermo y Juan Román Riquelme.

"Era de público conocimiento que las cosas no estaban bien en el plantel y entre Román y Palermo, pese a todo lo que le habían dado a Boca. Era muy jodido convivir con esos problemas, no era para cualquiera", comenzó narrando el Chueco.

Durante su ciclo en Boca, Alves notó que incluso los jugadores a los que él conocía de la Reserva se venían envueltos en la situación y terminaban divididos dentro del vestuario: "Conmigo debutaron 47 pibes. Después, los vuelvo a encontrar en Primera y ahí estaban, divididos, unos iban para un lado y otros para el otro. Era muy difícil tener el control del vestuario. Más allá de tenerlos en Reserva, cuando el jugador llega a Primera y se cambia al lado de Palermo y Riquelme, quieras o no, es otra cosa".

Los entrenamientos, para colmo, tampoco eran cosa sencilla para Alves, quien recordaba llegar "con unas ganas terribles" a las prácticas pero luego "entraba al vestuario, veía esa división y me quería morir". "Hablaba y decía que 'primero está Boca', pero lamentablemente después esas diferencias se veían en la cancha", cerró el oriundo de Olavarría.