Alexander Sosa tiene cuatro años, nació con distrofia muscular congénita y desde hace más de tres meses permanece internado en la sala de terapia intensiva del hospital materno infantil San Roque de Paraná, sin poder ver ni tener contacto con su familia. Su papá -que es afiliado a Iosper- a través de Elonce exigió respuestas al ministerio provincial de Salud para que el niño acceda a una internación domiciliaria con los cuidados paliativos que su patología requiere.

“Alexander ingresó, hace tres meses, a la Clínica Modelo por una neumonía, pero nunca antes había internado; estuvo 30 días intubado y había que sacarlo de esa condición porque su cuadro ya estaba controlado. Le hicieron una traqueotomía y hubo una lucha con Iosper porque no reconocía la atención de un neumólogo, mientras era atendido por terapistas en el servicio de terapia intensiva”, explicó Héctor Sosa. De hecho, dio cuenta de episodios anteriores con la obra social provincial, que no reconocía los tratamientos que el niño necesitaba.

“Mi familia está destruida porque Alexander atraviesa momentos críticos en su vida debido a que, hace más de 100 días, vive en una terapia intensiva, sin motivo”, lamentó Héctor al revelar que su hijo, mientras mejora por su cuadro por neumonía, “necesita otro abordaje, para que sea atendido por especialistas en su patología”.

Los padres de Alexander requirieron a la obra social provincial la derivación al Garrahan o al Gutiérrez, en Buenos Aires, desde los hospitales respondieron que Alexander no es una paciente para terapia intensiva, sino para un centro de rehabilitación pediátrico. “Pero Iosper respondió que el único centro de rehabilitación es el hospital materno infantil San Roque”, indicó Héctor.

“Mi hijo fue alojado en la terapia intensiva, vivió situaciones extremas, como el incendio del domingo, porque él está lucido; y hasta tuvo que presenciar el fallecimiento de un paciente que estaba internado junto a él”, lamentó el papá de Alexander.

De acuerdo a lo que expuso a Elonce, en una segunda presentación a la obra social provincial para la internación domiciliaria de su hijo, la respuesta que aportó Iosper fue la de centros de rehabilitación ambulatorios. “Pero Alexander necesita estar internado y conectado a respirador artificial”, fundamentó su papá.

En la oportunidad, Héctor reconoció la labor del personal de la terapia intensiva del San Roque, “pero ellos atienden situaciones extremas y mi hijo está despierto las 24 horas, no está siendo abordado psicológicamente y tampoco podemos estar con él”. “Alexander está sufriendo mucho, pierde peso y está teniendo una muerte lenta por no ser atendido”, lamentó el papá y ya con la voz entrecortada, cerró: “No quiero sacarlo muerto del hospital”. (Elonce)