Si algo "deprime un poco" a Alejandra Maglietti es que la cuarentena, que está a unos diez días de cumplir seis meses, la "agarró" soltera. "Me da envidia la gente que está en pareja", confía, aunque enseguida se contradice: "Pienso: ¿no será peor? Por ahí te terminás matando. . . Me da envidia pero al mismo tiempo supongo que si hubiese estado con alguien ahora estaría enojada, y todo me molestaría: tanto tiempo juntos. . . Bueno, por lo menos tenés a alguien que te solucione el tema de la comida", ríe.
En diálogo con Bárbara Cabo para un vivo de Instagram, la panelista de Bendita le restó trascendencia a Jonás Gutiérrez, su última pareja reconocida. "¡Me separé como hace mil años!", resaltó Alejandra sobre su vínculo con el futbolista, con quien cada tanto habla pero "solo por temas administrativos": todavía hay servicios que están a nombre de los dos.
La entrevista transitaba por el aspecto sentimental cuando tanto Maglietti como Cabo repararon en la presión social sobre la maternidad. Y cómo la consulta se repite, y hasta se incrementa, a medida que pasan los años, se consolidan noviazgos o asoman las rupturas. "Una se está desarrollando profesionalmente, siente que no es el momento (de tener un hijo). Bueno, las mujeres también tenemos derecho a tener más tiempo, como tienen los hombres para elegir ser padres. ¡¿Quién me corre?¡ ¡¿Por qué?!", advirtió la abogada.
Es por eso que tomó una decisión llevada a cabo a principios de este año pero revelada recién ahora: "Congelé óvulos. Eso te da como una cierta tranquilidad. Lo quería hacer hace un montón de años porque me parecía algo súper novedoso, copado. Es la primera vez que lo estoy contando porque quería vivir el proceso tranquila para que nadie me esté preguntando cómo era, ni nada".
Pero como todo ya ocurrió, surge la pregunta: ¿de qué manera vivió el proceso de congelamiento de óvulos? "Si tengo que hablar de costo beneficio -señaló Maglietti-, ganás por todos lados: extendés un montón de tiempo el plazo de la maternidad. Yo tengo tiempo todavía, no creo que haya una edad para esto".
"Hay un montón de tabúes. Yo no sabía lo que era: te imaginás que te van a llenar de hormonas y la vas a pasar mal. Y la verdad es que todo mejoró tanto que las dosis de hormonas son muy chiquitas; ni te da cuenta, ni lo sentís", afirma. Y son tantos los beneficios que encuentra en esta práctica que -según confiesa, divertida- se volvió "una militante del congelamiento de óvulos". "Uno lo hace (ser mamá) cuando encuentra a una persona y lo siente con esa persona. Y está bueno congelar (óvulos) cuando sos joven: ya es un tema menos".
No obstante, Alejandra también se corrige al pronunciar esta idea: aclara que no es un requisito indispensable encontrarse con la persona indicada ("El amor de tu vida puede aparecer a los 40, 50 años", sostiene) para recién ahí buscar un hijo. "Tenés la chance de ser mamá sola y está buenísimo. Tampoco lo descarto. Hoy no hay tantos parámestros establecidos". Y concluye: "También hay un montón de mujeres que deciden no ser madres, y no por eso son más o menos felices".