La NBA arrancó ayer, pero para los argentinos arranca hoy, cuando a sus 40 vuelva a debutar Manu Ginóbili en los San Antonio Spurs.

Luego de que los Spurs fueran eliminados por los Golden State Warriors en la final de la Conferencia Oeste de la pasada campaña, se pensó que Ginóbili, de gran actuación en esa serie, se despediría de la NBA. Sin embargo, sus ganas pudieron más. El público le dio una enorme ovación en su último partido de esa serie y le dio motivos para seguir.

El argentino confiesa que fue el técnico Gregg Popovich quien lo convenció de jugar un año más, para que le sirviera de guía en el vestuario de unos Spurs en plena transición. El 'Coach Pop', con su ojo clínico, vio que Ginóbili estaba aún muy lejos de decir adiós.

La temporada pasada, el astro promedió 7.5 puntos y 18.7 minutos por juego, y evidenció que aún tiene piernas para las exigencias de la Liga. En 15 temporadas con los San Antonio Spurs, se clasifica entre los cinco primeros en la historia de la franquicia en puntos (13,467), juegos (992), asistencias (3,835) y robos (1,349). El escolta de 1.98 m de estatura ha sido parte de cuatro de los cinco campeonatos de la NBA ganados por los Spurs.

El bahiense fue pieza fundamental del famoso tridente, junto a Tim Duncan y Tony Parker. Ginóbili y hoy es el miembro más querido del grupo. Su voz pesa en los vestuarios y por eso Popovich lo quiere a su lado. De hecho, no sería raro que después de su retiro, Popovich lo mantenga a su lado como asistente, forjándolo como entrenador, así como hizo con Steve Kerr, el hoy entrenador de los actuales campeones Golden State Warriors.

Manu renovó con los Spurs con un contrato de dos años y garantía total de cinco millones de dólares.

Si Ginóbili juega los dos años que volvió a firmar, será el sexto jugador más viejo de la NBA en la historia. Vince Carter, que acaba de firmar un acuerdo por un año con los Sacramento Kings, tiene algunos meses más que el argentino.