

Biólogos de la Universidad de San Martín (Unsam) advirtieron que si bien en Argentina el dengue no es una enfermedad endémica es necesaria la cooperación entre autoridades y ciudadanos para controlarlo, ya que para fines de febrero, marzo y abril se espera un aumento en la cantidad de casos debido a la mayor presencia del mosquito Aedes aegypty, transmisor del virus.
"Es importante difundir y concientizar para que los ciudadanos exijan a las autoridades que actúen, el dengue no es un problema que podamos resolver en nuestras casas", dijo el biólogo Aníbal Carbajo, investigador y docente de la Unsam, quien expuso en la conferencia "Combate del Aedes aegypty en tiempos del dengue", ofrecida en ese centro de estudios.
Carbajo explicó que si bien "en Argentina el dengue no es una enfermedad endémica", hacia finales de febrero, marzo y abril se esperan más casos porque es cuando más de esos mosquitos hay en la zona centro del país y recordó que "desde enero se ve una cantidad mucho mayor a la habitual".
"Lo que hace falta es que la gente colabore desde sus casas y que el gobierno provea ayuda e información, estamos frente a una enfermedad que se puede transmitir con muy pocos criaderos", advirtió.
Al ser consultado sobre la relación entre la proliferación de la enfermedad y las altas temperaturas, el especialista afirmó que <b>"la ola de calor puede estar asociada al aumento de casos porque favorece la presencia del mosquito y acelera la velocidad en que se puede transmitir el virus"</b>.
El virus, explicó, "tiene cuatro serotipos, por lo que una persona puede infectarse más de una vez. Y la posibilidad de padecer dengue grave surge a partir de una segunda infección".
<b>"Los síntomas de una primera infección son fiebre, dolores articulares, manchas en la piel estilo sarampión, picazón y dolores detrás de los ojos</b>, pero las complicaciones no pueden ser muy graves salvo en caso de una segunda infección, donde los síntomas pueden incluir hemorragias y la mortalidad puede llegar a un veinte por ciento si no se cuenta con una buena atención médica", alertó.
Para desencadenar el ciclo de la enfermedad, un mosquito -el vector- <b>tiene que picar a una persona que tiene el virus, luego debe pasar un tiempo para que se reproduzca dentro del insecto y cuando pica a otra persona susceptible -que no haya tenido ese tipo de dengue- se puede infectar y comenzar la etapa de incubación en la que el virus se reproduce en la sangre hasta que empieza a padecer los síntomas, y después de un tiempo de padecerlos se vuelve inmune</b>.
<b>"Cuando el mosquito pica a una persona que tiene el virus circulante en sangre, no transmite dengue si pica a otra de inmediato. Tienen que pasar entre siete y 12 días para que el insecto tenga la capacidad de infectar a otros individuos"</b>, especificó la epidemióloga María Elena Borda.
Si se tiene en cuenta que un mosquito hembra, que es el que pica, puede vivir hasta 15 días, en épocas de frío el insecto puede morir antes de volverse infectivo.
Por su parte, el doctor Eduardo López, infectólogo y miembro del comité de crisis para el dengue y el zika indicó que se espera el pico máximo de dengue para marzo y abril por "el desarrollo de las larvas" y que para haber evitado la cantidad de casos hoy presentes "se debería haber trabajado en el descacharrado desde la primavera".
<b>"El Aedes aegypti muere a una temperatura por debajo de los 10 grados, pero sí sobrevive el huevo que puso en verano. Si no se descacharra en primavera, este huevo encuentra las condiciones climáticas para transformarse en larva y después en mosquito",</b> explicó.
"El Aedes aegypty se cría en recipientes pequeños con agua, no en ríos ni arroyos ni otros cauces naturales. Es difícil de atrapar porque vuela y pica rápido, tiene contacto con muchas personas en poco tiempo. Es diurno y urbano, pica más de día, prefiere las casas y las ciudades antes que los parques y el campo, y a los humanos antes que los animales", dijo el experto.
En Argentina se encontró este mosquito en las provincias de Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y Misiones, parte de Salta y Jujuy, Tucumán, Catamarca, Córdoba y Buenos Aires.
Los modos de "encarar la prevención y el control", reseñó el biólogo, son evitar el contacto por medio de repelentes y mosquiteros, fumigar para eliminar el mosquito e inmunizar a la población con la vacuna.
"La vacuna, que aún es muy nueva -se desarrolló el año pasado- resulta útil para viajeros a zonas de riesgo porque es cara y su protección es parcial: cubre al 85 por ciento de las personas del dengue grave y al 60 por ciento" del dengue común, por lo que "no se puede vacunar a toda la población si un 40 por ciento puede contraer el virus", sostuvo.
En cuanto a la fumigación, la especialista en ecología de enfermedades transmitidas por vectores Victoria Cardo dijo que "no es suficiente" porque los mosquitos "generan resistencia", lo que hace necesario utilizar sustancias "de mayor toxicidad".
"Sí corresponde fumigar una zona determinada cuando allí se detectó un caso, para controlar un posible foco, pero hacerlo preventivamente no es suficiente y genera un impacto ambiental que no se justifica", sostuvo la especialista, otra de las disertantes en la conferencia de la Unsam.