

"Cruza la calle muchas veces al día, acompaña a los chicos en las actividades, concurre a las reuniones de la tarde, abre la puerta", define la Hermana Dolores Hengelberger, sobre la Hermana Mariana, que ayer 6 de marzo cumplió 92 años.
Elvira Bustos, nacida en Villaguay, al tomar los hábitos se convirtió en la hermana Mariana. Ayer cumplió 92 años, de los cuales lleva 70 años como religiosa al servicio de la obra San Francisco de Asis, entregada a una comunidad donde echó raíces para siempre: Gaucho Rivero.

"La Hermana Mariana no quiso que se celebrara en esta ocasión un cumpleaños para ella sola, sino que lo hagamos en comunidad. Es así que el 18 de marzo compartirán un cumpleaños comunitario, con todos los nacidos en enero, febrero y marzo", contó la religiosa que la acompaña en las actividades.
Al dialogar con<b> Elonce TV</b> se mostró "contenta de ver a la gente que se reúne; el sábado después de la misa me prepararon una torta, pusieron un tablón y se quedaron hasta entrada la noche, una señora que conocemos de muchos años cantó un tema compuesto por ella". Asimismo dijo que el domingo, día de su cumpleaños, mucha gente la llamó por teléfono y la fue a visitar.

Y se refirió al festejo comunitario que realizarán el 18 de marzo: "Será una oportunidad para dar, conocernos más y compartir; para aumentar el número de la comunidad".
La Hermana Mariana sigue mirando hacia adelante y proponiéndose nuevos desafíos para la obra San Francisco de Asis: "Estamos trabajando con Cáritas, queremos hacer muchas cosas este año, apostamos a los talleres de reciclado, huerta, costura, porque hay gente que no sabe manejar una aguja, que son talleres se agregan al centro".

"Me gusta mucho trabajar con la gente. Un médico me dice, `no tengas miedo, todavía te falta cumplir en la tierra tu misión`. No sé cuándo el Señor me llevará, sólo él sabe", confió esbozando una sonrisa.
Al barrio Gaucho Rivero la hermana Mariana llegó en 1987 y llegó para siempre: no se fue más de este lugar.
Alguna vez contó: "Mi ideal era ir al Sur, a trabajar con los indios mapuches. Quería irme a trabajar con los dominicos al Sur. Pero por la salud de mamá no quise irme lejos. Mamá se puso enferma, y no quise despegarme de al lado de ella. Y después ya no pude irme más. Cuando me vinieron a buscar los dominicos, yo ya estaba acá, trabajando en Gaucho Rivero, así que no pudo darse. Después, ya nunca me quise ir. Desde que vine acá ya no me fui nunca más".<i> Elonce.com</i>.